La pintura de los días por Demetrio Reigada nos acerca hoy al flechazo y la química de la atracción de la mano de Georg Waldmüller

¡BUENOS DÍAS!
Hoy nos saludan esta “Joven campesina asomada a la ventana con tres niños”, de Ferdinand Georg Waldmüller, pintor y escritor vienés, nacido a finales del siglo XVIII.
Es química, un flechazo, hay obras que te dejan paralizado, las contemplas estupefacto y sabes a ciencia cierta que se te van a quedar grabadas para siempre, se hacen contigo, como una parte tuya inseparable…
“Joven campesina asomada a la ventana con tres niños” representa el comienzo del realismo germano que nos ha dejado maravillas como este obra.
Es complicado adivinar por qué un cuadro te cautiva. Es de suponer que hay resortes en el cerebro que se activan ante un color, una mirada, una temática determinada, no sé cómo pasa, pero sé que pasa. Tal vez es lo que llamamos Química.
Ferdinand Georg Waldmüller estudió en la Academia de Bellas Artes de Viena y se mantenía pintando retratos y como maestro de arte para los hijos de un aristócrata. Trabajó su estilo copiando las obras de grandes maestros.
Pronto empezó a pintar paisajes, aunque fue en los retratos donde más desarrolló su talento, destacando el que hizo para Ludwig van Beethoven.