Lo peor es el silencio cómplice de los que saben y callan por miedo. ¡Gracias! Arturo Pérez-Reverte. Por Rafael Gómez de Marcos

«Gracias Arturo Pérez-Reverte por estas líneas por las que a mas de uno, y de una, se les debería caer la cara de vergüenza y abandonar su silencio cómplice»
«Todavía hay algún académico que opina que la RAE no debe nunca afrontar asuntos conflictivos.
Y es que corderos mansos y esquilables, incluso corderos cobardes, los hay en todas partes.
Mientras que otros llevan partiéndose la cara años, defendiendo no ya la lengua, sino el sentido común.
A ver quién es el imbécil que llama misógina o machista a Margarita Salas, a Carmen Iglesias, a Soledad Puértolas, a Inés Fernández Ordóñez…
Esta siendo intolerable el matonismo casi indiscutido de las ultrarradicales feminazis. Cada vez más crecidas con la impunidad.
Y la cobardía de políticos y rectores de universidad que llevan años subvencionando disparatadas guías “no sexistas” con dinero público.
Porque también el feminazismo orgánico, oficial, es un negocio del que trincan pasta muchos. Y sobre todo, muchas.
Pero lo peor es el silencio cómplice de los que saben y callan por miedo.
Todos esos rectores y políticos sin ápice de vergüenza, agachando las orejas para que no los llamen misóginos o machistas.
A los que corrompen con su estupidez o cobardía la necesaria lucha de un feminismo inteligente y serio, tan necesario. Tan de justicia.
A los que ahogan, con tanta estupidez y demagogia, las voces de las mujeres que luchan de verdad por hacerse visibles y respetadas.
Guías de lenguaje en la que no se consulta a lingüistas. Cuatro particulares, sin autoridad ninguna, diciendo a la gente cómo debe hablar.
Autoproclamándose norma obligada. Coreada o asumidas por el rebaño habitual de ignorantes, de imbéciles, de demagogos y de cantamañanas.
Imponiendo hasta con leyes, promulgadas por políticos cobardes o analfabetos (o cobardes y analfabetos a la vez) el disparate lingüístico.
Esos cretinos (y cretinas) han llegado a establecer como delito, con multas y denuncias, el uso correcto de la lengua. Lo que ya es el colmo.»
No se quien es mas burro, si los que imparten estas «nuevas» normas o los que las dejan se instaler.