
«En el fascinante mundo de la simbología musical recuerdo hoy el trabajo de Bach en la Pasión según San Mateo. Una auténtica joya de la cultura occidental»
En el fascinante mundo de la simbología musical recuerdo hoy el trabajo de Bach en la Pasión según Mateo. Una auténtica joya de la cultura occidental. Afirman los estudiosos que en la gran obra, las palabras de Cristo siempre son acompañadas por tonos largos de las cuerdas, que se utilizan como símbolo de lo divino, mientras que los demás «papeles» suenan con el bajo continuo. Únicamente cuando Cristo pronuncia sus últimas palabras, las cuerdas callan: Cristo se ha convertido en hombre.
La Pasión según San Mateo fue interpretada por primer vez el Viernes Santo del 15 de abril de 1729 bajo la dirección del propio Johann Sebastian Bach, en Lepizig y después de su muerte, en 1750 dejó de oírse hasta que un joven Mendelsshon la rescatara, casi cien años después, para el gran público y para la memoria colectiva.
Toda una historia de la alta cultura que han supuesto para Europa tanto católicos, como protestantes y judíos. !Qué paradoja para este Jueves Santo que ahí fuera de ese aria N° 47, «Erbarme dich, mein Gott» (Apiádate de mí, Dios mío), una de las más hermosas obras que nunca se han escrito, la vieja Europa en este año de la peste parece sumida en el pozo del desencuentro. En España al menos, en este día de la Eucaristía, la pasión terrenal de la falsa política nos lleva al abismo. Simbología de la realidad, además de la musical.

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