Carlos Coloma de Saa, Comendador de Santiago y los auténticos protagonistas del Cuadro de Las Lanzas. Por José Crespo

 

Carlos Coloma de Saa, el maestre general de los Países Bajos, en el Cuadro de Las Lanzas
Carlos Coloma de Saa, el maestre general de los Países Bajos, en el Cuadro de Las Lanzas o la rendición de Breda de Velazquez

«De modelos, y en concreto de esfuerzo y sacrificio, salen ejemplos de vida para generaciones futuras, sobre todo para los más jóvenes»

Me encanta admirar cuadros históricos y toda iconografía que pueda arrojar información sobre las personas, sus costumbres y hábitos en el vestir y guerrear. Así me pasó en mi colaboración en el libro “La Guerra en el Arte” de la Cátedra Extraordinaria Complutense de Historia Militar publicada en 2017 donde acometí el estudio de la pintura “La batalla de Fleurus, 1622” de Vicente Carducho, una batalla desconocida, apropiada como victoria por los derrotados, y donde disfruté identificando despliegues, personajes y mensajes, así como modelos de vestuario y armamento militar tanto de fuego como armas blancas.

Recuerdo también mi colaboración con el Instituto de Historia y Cultura Militar dentro del ciclo de conferencias dedicadas a la conmemoración del 400º aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, con la conferencia titulada “Carlos Coloma de Saa, Soldado, Embajador y Cronista” impartida el 10 de mayo de 2016 en el Salón de Actos del IHCM en Madrid.

También se puede ver citada entre mis publicaciones registradas en Dialnet, donde se recoge mi trabajo con ese mismo título dedicado a este personaje sin igual como fue Carlos Coloma, y sobre el que tuve la oportunidad de trabajar en una colaboración con la Biblioteca del Ejército de Portugal titulada: “Libros Relege, Volve, Lege. O livro antigo na Biblioteca do Exército”, obra que vio la luz en junio de 2018.

Noticias sobre don Carlos las tenemos en el Tomo I del Nobiliario Valenciano, de Onofre Esquerdo, precisamente en el capítulo VII, dedicado al Conde de Elda, donde se trata la casa de los marqueses del Espinar, en Castilla, y descendencia de Don Carlos Coloma, hijo séptimo de Don Juan Coloma, tercer Conde de Elda (pp. 109-122).

Ya el propio título de la colaboración nos orienta sobre la personalidad y preparación humanística de este soldado. Actualmente hay tendencias muy críticas en relación con el tratado de biografías personales tildándolas de hagiográficas por considerar que siempre se cae en la acepción de “biografía excesivamente elogiosa”. Por mi parte creo que es algo muy necesario, pues de modelos, y en concreto de esfuerzo y sacrificio, salen ejemplos de vida para generaciones futuras, sobre todo para los más jóvenes, resultando ejemplos con virtudes y defectos, como seres humanos que tratamos, pero en los que la balanza apunta hacia lo positivo.

Coloma según grabado de Van Dyck
Coloma según grabado de Van Dyck

«Quedémonos con la exactitud de rasgos de este grabado realizado a la vista del modelo para más adelante poder localizarle en el cuadro del divino Velázquez»

Vemos a Carlos Coloma de Saa en un retrato de Anton van Dyck y en la parte inferior apreciamos la leyenda:

DOM. CAROLUS DE COLUMNA A. CONS. STAT. PRIM. A./CUBIC. REG. MA.TIS CATH. MAGISTER. CAMPI. GNALIS. IN BELG. ETC./Paul Pontius sculp. Ant. van Dyck pinxit. Cum. privilegio.

Lo cual quiere decir: Don Carlos de Coloma, Primer Consejero de Estado, Cubiculario de su Majestad Católica, Maestre de Campo General en Bélgica.

Cubicularius (nobilis Camerarius) regis maiestatis catholici, caholice regis maiestatis, Regis catholici cubiculario.

En otros se cita en el pie al impresor, el jesuita, Martinus van den Enden. Y en la palabra CUBIC, se cambia la C inicial o final por una T.

El magnífico grabado de Pauls Pontius, aquí completo, está basado en una grisalla de Van Dyck, del francés grisaille, técnica pictórica basada en una pintura monocroma que produce la sensación de ser un relieve escultórico. Se elaboró para la serie «Icones principum virorum…», que comenzó a publicarse en 1636. Desde luego la imagen es posterior a 1631 pues aparece citado como Maestre General.

Hoy podemos disfrutarla en la National Galery de Canadá, el Rijksmuseum de Amsterdam, la Biblioteca Nacional de Finlandia, la de España, el Yale Center for British Art, Paul Mellon Collection grisaille, en el Reino Unido en la colección del Duke of Buccleuch, Boughton House, Northamptonshire. La placa de cobre en Calcografía se encuentra en el Museo del Louvre.

Quedémonos con la exactitud de rasgos de este grabado realizado a la vista del modelo para más adelante poder localizarle en el cuadro del divino Velázquez.

Carlos Coloma y de Saa desarrolló su recorrido vital entre mediados del siglo XVI y el segundo cuarto del XVII. Con catorce años, 1580, ya era soldado de Infantería Española con el Duque de Alba en Portugal, y con veinticinco, 1591, era capitán de Caballería Española, Maestre de Campo seis años después, 1597, momento en el que recibe el hábito de Santiago.

Tras sus peripecias en Italia y Flandes ejercería importantes cargos, como Castellano de Perpiñán y Capitán General del Rosellón (1600-10), Virrey de Mallorca (1611-17), Capitán General del Cambresado (1617-21), periodo en el que recibe al Encomienda de Montiel y la Osa en Santiago (28.IV.1621) y el marquesado de Espinar (16.IX.1627). Luego Maestre de Campo General del Palatinado (1620), Consejero del Supremo de Guerra (1621). Seguidamente ejercería labores diplomáticas como Embajador en Londres (1622-24; 1629-31).

Posteriormente Maestre de Campo General en Flandes (1631-34), el mismo cargo en Lombardía y como castellano de Milán (1634), Gobernador interino del Milanesado (1635), y Consejero de Estado en 1636.

Como breve resumen inicial de su trayectoria nace en Elda, 1567 y fallece en Madrid el 23 de noviembre de 1637. No solamente fue un destacado militar, como hombre de su tiempo y de amplia cultura y formación fue historiador y diplomático. Cuarto hijo de Juan Coloma y Cardona, Conde de Elda y virrey de Sicilia, a los catorce años participa como soldado en la toma de Portugal a manos del duque de Alba. Tras servicio en el Tercio Viejo de Sicilia, uno de los tercios viejos que fueron creados por orden de Carlos I de España en sus ordenanzas de 1534 y 1536, por las que se crearon los tres primeros tercios, y cuya tradición se ha mantenido dentro del Ejército español en uno de sus regimientos, pues bien, luego, marchó a Flandes, donde participó en hechos de armas con personalidades como Alejandro Farnesio o el conde de Fuentes. Siendo soldado en el Tercio Viejo de Sicilia a las órdenes de Juan del Águila, un arcabuzazo le destrozó la mano en Ostende y Felipe II lo recompensó por su arrojo con el mando de una compañía de caballería y cuarenta escudos de ventaja. Participó bajo el mando de Alejandro Farnesio en la segunda invasión de Francia de 1592, en esta invasión, participó en el socorro de Rouen y la batalla de Amuale, donde fue herido y el rey francés Enrique IV de Francia, casi lo toma como prisionero.

Más tarde intervino en la toma de Calais, Ardres y Hulst, donde su fama y crédito fue en ascenso hasta que en 1597 recibió el hábito de Caballero de la Orden de Santiago, no sin trabas y zancadillas, y poco después Maestre de campo. Durante 1598 y 1599, tomó el mando del antiguo tercio de Antonio de Zúñiga, combatiendo en Flandes.

Durante todas sus estancias en Flandes, se casó en enero de 1597 con una noble católica Margarita Liederkerke, quien permaneció junto a él toda la vida dándole dieciocho niños, de los que sobrevivieron trece hijos pereciendo el resto durante la infancia.

«De regreso a la península alrededor de 1600, fue nombrado Capitán General del Rosellón y Cerdaña, se le encomendó el rango de gobernador de Perpiñán»

De regreso a la península alrededor de 1600, fue nombrado Capitán General del Rosellón y Cerdaña, se le encomendó el rango de gobernador de Perpiñán y lugarteniente de los ducados de Rosellón, Cerdeña y Conflent, y luego fue Capitán General y Virrey de Mallorca, desde 1612 hasta 1617, durante este mandato construyó el fuerte de San Carlos en la isla.

Este proceso de paz y tranquilidad se interrumpió en 1620 cuando se le encomendó acompañar al ejército de Ambrosio Spínola como maestre de campo general, para luchar contra el Palatinado, hostil a España. Tras esto, se fue a Madrid en misión diplomática y volvió a regresar a Flandes, a Bruselas, pues había finalizado la Tregua de los Doce Años y los rebeldes holandeses volvían a las anteriores andadas.

Fue nombrado embajador en Londres entre los años de 1622 y 1624, donde tuvo que afrontar misiones diplomáticas tan difíciles como la boda frustrada de María Ana de Austria, hija de Felipe III de España, con el príncipe de Gales, Carlos Estuardo, la piratería de los ingleses en las Indias o la toma de Ormuz por ingleses y otomanos, territorio portugués de los que nuestro Felipe III era FelipeII.

Regresa a la guerra en Flandes, estuvo en el sitio de Breda en 1624, por lo que hay autores que creen verle en la parte derecha del cuadro de Las Lanzas de Velázquez.

Tras un breve período de tiempo como capitán de la caballería ligera del Milanesado, se le encomendó todo el poder sobre el ejército de Flandes, junto con el conde Van den Berg, pero la dura situación de los tercios, descritos como muertos de hambre, empobrecidos y en «carnes vivas», hizo que Coloma, debido a sus quejas al rey, le volviera a encomendar el cargo de embajador en Londres entre 1629 y 1631, donde participó en la paz entre España e Inglaterra.

Terminada su misión diplomática volvió otra vez a los Países Bajos para desempeñar el cargo de Maestre de Campo General del Ejército, período durante el que sufrió la tenaza de holandeses y franceses lo cual hizo que se perdieron las ciudades de Maastricht, Venlo y Limburgo. Siendo relavado por el Cardenal-infante Fernando de Austria tras su victoria en Nördlingen, para luego regresar a Italia, donde el rey Felipe IV le nombró maestre de campo general del ejército de Lombardía, donde defendió la plaza de Valenza del asedio de los franceses en 1635.

Este breve resumen nos da idea de su hiperactividad lo cual no le impidió tener dieciocho hijos, y redactar dos obras clave que nos dan idea de su faceta humanística y como cronista, redactor de una obra de importancia como es La Guerra de los Estados Bajos publicada en Amberes en 1625 y la traducción al castellano de los Anales, de Tácito, obra reimpresa por última vez en 1990 en Barcelona.

Coloma, tras cesar en la embajada en Londres se incorporó al asedio de Breda, donde mandó el cuerpo de ejército que cubría las labores de sitio. La rendición de la plaza ha pasado también a la historia por el espléndido cuadro del inmortal Diego Velázquez, también conocido por «Las Lanzas», donde el investigador Carl Justi identificó a los jefes y generales que aparecen retratados en el cuadro:

El barón de Balançon
El barón de Balançon

«El barón de Balançon podía ser la figura que Velázquez captó inmediatamente detrás de Spinola»

Encontramos e identificamos claramente a Justino de Nassau, hijo de Guillermo de Orange entregando las llaves de la ciudad a Ambrosio de Spinola. Hay quienes ven detrás a Alberto de Arenberg, aunque en realidad, se trata de Claude de Rye, baron de Balançon, también al príncipe de Neuburg, a Don Gonzalo Fernández de Córdoba y Don Carlos Coloma. También se identifican según diferentes expertos a los condes de Isenburg y Nassau. Pero comentemos cada una de las imágenes

Alberto de Arenberg
Alberto de Arenbergh

 «No es por tanto acertado para quienes lo interpretan como Alberto de Arenbergh»

El barón de Balançon podía ser la figura que Velázquez captó inmediatamente detrás de Spinola en «Las lanzas» porque «ha sido herido durante la campaña en una pierna y de aquí que se apoye en un bastón». No es por tanto acertado para quienes lo interpretan como Alberto de Arenbergh.

Claude de Rye, barón de Balançon o Balanzón (1576-1648), era el segundo hijo de Philibert de Rye, conde de Varax y de La Roche-St. Hippolyte, que murió luchando por el rey de España en la batalla de Tornhout en 1597. Claude comenzó a servir en el regimiento borgoñón de su hermano y para 1598 ya era capitán. Tomó parte en el asedio de Ostende (1601-04), donde perdió una pierna, que desde entonces fue sustituida por una de madera. En la campaña del Palatinado se distinguirá con su Tercio de infantería borgoñona en la defensa de Alzey en noviembre de 1620, y el capitán Misiers, de una de sus compañías, llevaría a cabo la famosa toma de Kirchberg. Estaría presente en la batalla de Fleurus, en el asedio de Bergen op Zoom y en la toma de Breda. En el cuadro de Las Lanzas lo podemos localizar casi con toda seguridad justo detrás de Spínola, con armadura y gorguera blanca, pudiéndose apreciar el detalle que está apoyado en un bastón, para ayudarse dado que tenía una pierna de madera. A pesar de su aspecto envejecido, en la época de la rendición de Breda solo tenía 48 años.

Pasemos a otros personajes.

Tampoco se trata de Coloma
Tampoco se trata de Coloma

«Quienes creen que este personaje es Coloma afirman que Velázquez interpretó correctamente algunos rasgos característicos del personaje»

Otros identifican a Coloma con un personaje en la sombra detrás del barón de Balançon. Quienes creen que este personaje es Coloma afirman que Velázquez interpretó correctamente algunos rasgos característicos del personaje, como el pelo crespo, cuya melena recortó, los párpados ligeramente caídos, el fuerte mentón, pero Velázquez no se habría olvidado de su característica perilla y tampoco habría oscurecido hasta tal punto su cabello y su tez, pus era rubio y de tez muy clara, además era una figura de talla imponente detalle que Velázquez no habría dejado pasar elevándole físicamente sobre el resto de sus camaradas. Por mi parte me inclino a que se podría tratar de Ernesto de Isenburg.

Ernesto, conde de Isenburg (1584-1664). Aparece con bigote detrás del arcabucero, en el fondo, entre Balançon y Juan de Nassau. En la invasión del Palatinado estuvo a cargo de cinco compañías de caballería formadas en regimiento hasta su disolución en 1622. Posteriormente se le daría licencia para levantar un regimiento de infantería alemana alta de 10 compañías y 1.400 hombres, que permanecería al servicio de la Monarquía hasta su muerte en 1664. Tomaría parte en la batalla de Fleurus (1622), y en los asedios de Bergen-op-Zoom (1622) y Breda (1624). En 1633 sería Maestre de Campo General del Ejército de Alsacia del Duque de Feria y participaría en la batalla de Rocroi (1643).

Ernesto de Isenburg
Ernesto de Isenburg

«Ernesto, conde de Isenburg (1584-1664). Aparece con bigote detrás del arcabucero, en el fondo, entre Balançon y Juan de Nassau»

Detrás y a la izquierda de Spínola aparece este personaje que se identifica mediante la iconografía de la época con Juan de Nassau. Juan VIII conde de Nassau-Siegen (1583-1638) es el tercer rostro por la izquierda, mirando de frente al espectador. Pertenecía a una importante familia protestante y era precisamente primo segundo de Justino de Nassau, el holandés que está entregando las llaves a Spínola.

Juan de Nassau-Siegen
Juan de Nassau-Siegen

«El retrato de Juan VIII conde de Nassau-Siegen (1583-1638) es el tercer rostro por la izquierda, mirando de frente al espectador»

El retrato de Juan VIII conde de Nassau-Siegen (1583-1638) es el tercer rostro por la izquierda, mirando de frente al espectador. Pertenecía a una importante familia protestante y era precisamente primo segundo de Justino de Nassau, el holandés que está entregando las llaves a Spínola. En 1610 militó en el ejército holandés en la guerra de Jülich y en 1613, para gran bochorno familiar, abrazó en catolicismo. Se integró en los ejércitos hispánicos durante la Guerra de los Treinta Años, siguiendo a Spínola en la invasión del Palatinado en 1620 con cinco compañías de caballos, tres de ellas de corazas y dos de arcabuceros a caballo.

El Príncipe de Neuburg o Johann Jakob von Bronckhorst-Batenburg
El Príncipe de Neuburg o Johann Jakob von Bronckhorst-Batenburg

 

Podemos apreciar el asombroso parecido que nos lleva a decantarnos por pensar que es el Príncipe de Neuburg.
Podemos apreciar el asombroso parecido que nos lleva a decantarnos por pensar que es el Príncipe de Neuburg.

«Hay opiniones que dicen ver a Coloma en el personaje situado detrás de Juan de Nassau»

Hay opiniones que dicen ver a Coloma en el personaje situado detrás de Juan de Nassau. A pesar de todo me decanto a pensar que podría ser el príncipe de Neuburg o Johann Jakob von Bronckhorst-Batenburg, aunque creo más acertado que se trata del primero, es decir el príncipe de Neuburg.

Wolfgang Guillermo del Palatinado-Neuburgo (Neuburg an der Donau, 4 de noviembre de 1578 – Düsseldorf, 20 de marzo de 1653) fue conde palatino y duque de Neoburgo. A la muerte de su tío materno, el duque Juan Guillermo de Cléveris, sin descendencia, Wolfgang Guillermo fue uno de los vencedores de la guerra de sucesión por el ducado de Jülich, Cléveris, Berg y Mark (1609-1614) entre el elector de Brandenburgo Juan-Segismundo I y su padre. Esto se debió a que en 1614 sucedió a su fallecido padre en el ducado del Palatinado-Neuburgo, y tras el asedio español a Aquisgrán se llegó a un acuerdo con Juan Segismundo en el que se dividían el territorio en disputa por lo cual Wolfgang Guillermo recibió los ducados de Jülich y de Berg mientras Juan-Segismundo I recibiría el ducado de Cléveris y los condados de Mark y Ravensberg. En 1615, fue nombrado Caballero de la Orden del Toisón de Oro y desde ese momento Wolfgang Guillermo decide convertirse al catolicismo.

Gonzalo Fernández de Córdoba, vencedor de Fleurus
Gonzalo Fernández de Córdoba, vencedor de Fleurus

«Detrás de Juan de Nassau, a su derecha y de perfil bien podría ser Gonzalo Fernández de Córdoba, vencedor de Fleurus, con su característico tupé»

Detrás de Juan de Nassau, a su derecha y de perfil bien podría ser Gonzalo Fernández de Córdoba, vencedor de Fleurus, con su característico tupé que Velazquez inmortalizó. En 1624 el rey Felipe IV le concedió el título de príncipe de Maratea, principado ubicado en la ciudad del mismo nombre del Reino de Nápoles, en Sicilia Citerior, que en aquel tiempo formaba parte de los territorios dominados por la Monarquía Hispánica.

Destacó como coronel en la campaña del Palatinado de 1620, en la que sus tropas descollaron en el  combate de Conflans y en la toma de los castillos de Bacharach y Kaub situados entre Maguncia y Coblenza. Participó en las batallas de Wimpfen, en la que salvó a la Liga Católica de la derrota, y en la de Höchst, donde derrotó a las tropas protestantes de Ernesto de Mansfeld y de Cristián de Brunswick. Los restos de estos ejércitos se refugiaron en Francia, pero a finales de agosto invadieron los Países Bajos Españoles por la región de Henao. Fernández de Córdoba, encargado de la defensa general de Flandes mientras Ambrosio Spínola dirigía el asedio de Bergen op Zoom, les salió al paso y los batió en Fleurus el día 29. De 1621 a 1623 fue general del ejército español en el Palatinado y en Flandes, período en el cual derrotó a las tropas protestantes anglo-alemanas con sus dos victorias más destacadas en los asedios a las ciudades de Mannheim, Frankenthal y Heidelberg, conquistadas poco después de la victoria de Fleurus. Seguidamente fue lugarteniente de Spínola en el Sitio de Breda por eso está representado cerca del vencedor.

Fernández de Córdoba, vencedor de Fleurus
Fernández de Córdoba, vencedor de Fleurus

 

«Y ahora vamos a dos personajes que charlan con gran proximidad y secreto entre ellos»

Y ahora vamos a dos personajes que charlan con gran proximidad y secreto entre ellos, los vemos por encima de la montura del caballo. Dos líderes militares ejecutivos de primera línea y no pueden ser otros que el Marqués de Leganés y el propio Coloma.

A la izquierda con su característico y extendido bigote, el Marqués de Leganés
A la izquierda con su característico y extendido bigote, el Marqués de Leganés

 

Carlos Coloma, captado sutilmente con cuatro rasgos, nariz, cejas, frente, cabello y color de piel.
Carlos Coloma, captado sutilmente con cuatro rasgos, nariz, cejas, frente, cabello y color de piel.

«Velázquez no vio a Coloma pero conoció en grabado de Van Dyck, y le bastó para captar su personalidad en cuatro trazos»

Por lo que se refiere a los dos caballeros que conversan como confidentes  al otro lado de la grupa del caballo, me atrevo, a juzgar por la comparación con la iconografía, a afirmar que son el marqués de Leganés y Carlos Coloma.

Velázquez no vio a Coloma pero conoció en grabado de Van Dyck, y le bastó para captar su personalidad en cuatro trazos, el caballete de su nariz, el arqueado de las cejas, la frente despejada, su cabello claro retraído y su tez pálida.

Don Diego de Mexía, Marqués de Leganés, militar u diplomático, gracias a su conocimiento sobre el terreno, en los círculos de la corte se le consideraba un especialista en lo referido a los Países Bajos. Por ello, el conde-duque recurrió a él en 1627 para que hiciera aceptar allí su proyecto de la Unión de Armas. Leganés llegó a Bruselas el 19 de septiembre y pasó las semanas siguientes negociando con los estados de las diversas provincias de los Países Bajos españoles. A finales de año, las provincias acordaron participar en la Unión, ofreciendo una contribución de 12.000 soldados de infantería pagados.

Coloma y Leganés
Coloma y Leganés

«Con el lienzo de Velázquez a la vista quisiera afirmar que llevamos demasiado tiempo cometiendo un grave error de concepto»

Para terminar y con el lienzo de Velázquez a la vista quisiera afirmar que llevamos demasiado tiempo cometiendo un grave error de concepto pues nos hemos acostumbrado a pensar en la realidad de nuestra nación de acuerdo a unos criterios y parámetros cortos y limitados, empleados tanto por los usuarios y consumidores de la leyenda negra como por los nacionalismos aldeanos, de cuando la España del siglo XIX se convierte en una realidad más bien provinciana, algo que hasta aquel momento de declive nunca había sido.

Julián Marías pone el ejemplo en la contemplación de la pintura de Las Lanzas de Velázquez, pintado entre 1634 y 1635, haciéndonos la pregunta sobre quiénes son aquellos ilustres personajes que allí aparecen; el vencido, Justino de Nassau que ofrece las llaves al general vencedor; si nos preguntamos de quién se trata, muchos dirán que es el italiano Ambrosio de Espínola, un italiano al servicio de España y ese… es ese el grave error de concepto que hay que reparar con todos esos olvidados pues se trata de algo radicalmente distinto… era un español de Italia, como los napolitanos Francisco Fernando de Ávalos, marqués de Pescara y el marqués del Vasto, al igual que Quadra y Bodega era un español de Lima, como el también limeño Pablo Antonio José de Olavide y Jáuregui, ambos dos españoles de Perú; españoles de Méjico como el botánico novohispano Mociño, españoles de Buenos Aires, españoles de Manila, españoles de Oviedo, españoles de Cantabria, españoles de Sevilla, españoles de Zumárraga o españoles de la gerundense Creixell, como el sexagenario Dalmau de Creixell héroe de las Navas de Tolosa líder de la caballería aragonesa, o españoles del norte de África como Estebanico, o españoles de Bélgica como la esposa de Coloma y sus propios hijos y tantos otros, esa es la cuestión.

Siempre cuando hablo del tema me gusta recordar otro claro ejemplo y es aquel que ocurrió en la loma de Albruch, durante la batalla de Nördlingen, aquella auténtica colina de la hamburguesa doble (sin desmerecer a aquella más reciente del 11 de mayo de 1969 de Vietnam). Pues bien, allí en Albruch, donde el Coronel Würmser que habiendo ocupado la colina pensó que se le iba a reemplazar por Idiáquez perdiendo la primera y arriesgada línea de vanguardia, se negó en redondo aduciendo que llevaba sirviendo a los reyes de España 30 años y que tan español como los demás no toleraría sufrir tal pérdida de honra y que solo si se lo ordenaba el Cardenal Infante retiraría su regimiento pero que él permanecería en aquel lugar sin retirarse pica en mano como un soldado más en las filas del tercio de Idiáquez. Finalmente se mantuvo a la unidad tudesca en su puesto y su coronel con el regimiento Salm entregó allí su vida.

«Nosotros aquí porque nos importan, damos nuestros sencillo homenaje a Carlos Coloma como cabeza de cientos de españoles soldados olvidados cuya memoria reivindicamos»

Estamos aquí porque nos oponemos a ese visión corta del XIX y a esa situación ‘umbraliana’ donde las haya que recuerda a esa zarzuela de Barbieri, titulada «Pan y toros», en cuyo acto II, al final, de forma crítica se aborda la muerte con la frivolidad propia del género chico: «¡No es nada! Un soldado muerto, puede el baile continuar». Nosotros aquí porque nos importan, damos nuestros sencillo homenaje a Carlos Coloma como cabeza de cientos de españoles soldados olvidados cuya memoria reivindicamos y que combatieron a sus órdenes, sirvieron y dieron su vida no en balde y a los que reconocemos pues construyeron una España de la que surgimos nosotros.

Y aunque de forma trágica y fatalista pero con la cara levantada y su mirada directa esbozando una sonrisa afirmaban aquello de:

España mi natura, Italia mi ventura, ¡Flandes mi sepultura!

José Crespo

José Antonio Crespo-Francés. Soldado de Infantería Española, Doctor en Artes y Humanidades. Enamorado de Aranjuez la ciudad donde vivo, Colaborador en radio y publicaciones electrónicas, autor de trabajos históricos dedicados al Servicio Militar y Valores, y a personajes en concreto como Juan de Oñate, Vázquez de Coronado, Blas de Lezo o Pedro Menéndez de Avilés y en general a Españoles Olvidados en Norteamérica y Españoles Olvidados del Pacífico. Rechazo la denominación de experto, prefiero las de "enamorado de" o "apasionado por". Si Vis Pacem Para Bellum

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1 comentario

  1. Gran publicación. Gracias por sacar a relucir a grandes militares olvidados de nuestra historia, como el Príncipe de Maratea, fundamental en nuestras guerras en el Palatinado.

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