Por todos los Santos que ya no están con nosotros pero forman parte de nuestras vidas. Por José Crespo

«Por los abuelos, padres, tíos, primos, hermanos e incluso hijos que nos han dejado… Por los amigos y amores que se fueron tan de mañana… Por Todos los Santos»
Creo que en este maremágnum de asunción de celebraciones ajenas a nuestras tradiciones seculares debemos rescatar el verdadero sentido de este día de entre las insulsas calabazas y falsas telarañas que se prolongan hasta la mañana de cada 1 de noviembre. Propongo un brindis por todos aquellos que ya no están con nosotros y que han sido y son parte de nuestras vidas. Por los abuelos, padres, tíos, primos, hermanos e incluso hijos que nos han dejado… Por los amigos y amores que se fueron tan de mañana…
Hoy ya son polvo de estrellas y los traemos a la memoria cada noche cuando les añoramos porque mantienen sus lares dentro de nuestro corazón y de nuestra mente y nos ayudan a dar sentido a nuestra existencia. A todos y cada uno de ellos, les debemos un cálido y amoroso recuerdo y tres palabras: gracias, perdón, os quiero.
Por todos los que nos han dejado y ya no están con nosotros. Por los que faltan y dejaron indeleble huella con su ausencia escrita en nuestros recuerdos. Por aquellos que dejaron de ver nuestros ojos y nosotros los suyos, por aquellos a los que el corazón les falló y dejaron de escribir las notas en la partitura de nuestra vida. Por aquellos que prometieron ser y hacernos felices y murieron luchando por conseguirlo, por aquellos que no llegaron a serlo y por aquellos que murieron con una sonrisa en la cara tras años, y miles de recuerdos vividos muchos felices y tantísimos otros de dolor y tribulación.
Acordémonos verdaderamente de ellos, los auténticos Santos de nuestras vida. Queridos amigos… ¡Feliz día de Todos Los Santos! y ¡que Dios os bendiga!
Sí que están. Somos nosotros los que no sabemos verlos.