
«El poder en la sombra es toda una predicción de lo que ha ocurrido poco a poco desde que lo escribió. Y sigue ocurriendo cada vez más profundamente y más sin retorno próximo»
Que divertido mundo es este que nos ha tocado vivir. No es por regodearme en la desgracia de los seres humanos, que también a mi me alcanza, tras cobrar la jubilación y perder poder adquisitivo. Pero ante la fatalidad de los que han perdido empleo o negocio, que hay muchos, no me puedo ni quejar. Más bien al contrario, escribo esto, para salir en defensa de los que todavía conservan su dignidad, a pesar de que este gobierno de ineptos y una enfermedad infecciosa, les hayan machacado el cuerpo y el alma.
Afortunadamente los seres humanos, a pesar de todo son aún animales racionales y piensan de manera lógica y con sentido común. ¿Qué les voy yo a contar que ustedes no conozcan? Creo que nada, pero al menos déjenme enumerar algunas cosas que nos ha dejado este nefasto año 2020, que por supuesto ya venían arrastradas de los anteriores, aunque entonces todavía no éramos conscientes de las realidades que se avecinaban, no en los acontecimientos, sino en las reacciones de las personas que gobiernan aquí y allá.
Que la sociedad occidental y su cultura están en almoneda, no es nada nuevo. Y ahora que parece que los Demócratas con un tipo como Biden al frente han ganado las elecciones americanas será difícil no caer más en el abismo “globalitario”. Por supuesto olvidamos cualquier intento de juzgar por liberticidio a cualquier Podemita de aquí o foráneo. ¿Pero quienes son los compradores y ganadores de toda esta debacle? Ya lo contestaba Noreena Hertz, licenciada en Filosofía en el University College de Londres con sus diecinueve años.
Noreena Hertz ayudó a organizar el mercado de valores de San Petesburgo y asesoró a los consejeros de Boris Yeltsin acerca de la economía de mercado tras la caída del muro de Berlin. Terminó su doctorado en 1996. Su carrera desde entonces ha sido dilatada y fecunda. En dos mil uno publica un ensayo que versa sobre “El poder en la sombra”, un libro del mismo título y que sabiamente subtitula (La globalización y la muerte de la democracia), toda una predicción de lo que ha ocurrido poco a poco en los años posteriores. Y sigue ocurriendo cada vez más profundamente y más sin retorno próximo.
Desde luego, si usted no ha leído este libro se lo recomiendo vivamente. Está publicado por Planeta Historia y Sociedad. En este estudio, la doctora Herzt, hace mención a que las empresas en el futuro imprimirán su propia moneda que tendrá valor legal, así como que cuatro o cinco personas poderosas en la sombra dirigirán el mundo, no una parte de él, sino todo él, antes de mediados del siglo XXI. Esto es algo que permitirá la globalización, a la que se oponen los pocos gobernantes, como Trump que saben que eso lleva inexorablemente a la dictadura, pero una dictadura feroz, donde lo confinado no serán los países sino más bien el pensamiento.

«En este estudio, la doctora Noreena Herzt, hace mención a que las empresas en el futuro imprimirán su propia moneda, así como que cuatro o cinco personas poderosas en la sombra dirigirán el mundo»
Sí, ese pensamiento igualitario y uniforme que empezamos a ver a nuestro alrededor y que además persiguen las redes sociales, para que no se les revuelva el gallinero. Recordemos que las plataformas más grandes y prestigiosas de comunicación social, que son ya casi la única vía de información directa de individuo a individuo, y además si hasta ahora eran “libre”, acabarán con la opinión disidente en cuanto nos descuidemos. Ya están ahí los censores que castigan con el acallamiento temporal de los individuos díscolos, aquellos que se separan del pensamiento único y apelan a la objetividad y a la verdad. Y no, no hay ni siquiera un periodista, salvo contados casos, véanse televisiones como El Toro que se les enfrente abiertamente, por miedo a ser tachado de fascista o criticado por la comunidad, cuando lo que está claro y lo cita Herzt en su libro, el fascismo procede de estos métodos aglutinadores y globalizadores.
Globalizar está muy bien, cuando se trata de comercio y mercado, pero deja de estarlo cuando lo que se quiere globalizar es una forma determinada de pensar y actuar, de votar y de vivir. ¿Cuándo puede acusar alguien a otra persona de haber cometido un delito de odio. ¿Puede alguien obligar a cambiar una emoción, un pensamiento o una sensación? No y mil veces no, eso sí que es un atentado mafioso, machista, hembrista, de verdadero hijo de puta, porque atenta contra la intimidad del individuo.
A veces se ha acusado de racismo y xenofobia a personas por publicar, que el Islam está cometiendo atentados contra nuestra forma de ser, organizar la sociedad, de vivir y nuestra propia religión, la de mucha gente. O simplemente condenar un atentado diciendo que es un atentado fascista, como el de Francia e Lyon y eso sin decir nada con los de Austria, que no pueden ser más facinerosos, tipo Al Capone. Teniendo además en cuenta, que cuando se producen estos atentados la comunidad musulmana asentada en occidente no suele mostrar su contrariedad por los sucesos. ¡Cómo se puede tolerar que esto sea así!
Ya lo decía Oriana Fallaci, que el Islam era un peligro para Europa, y lejos de ser escuchada, fue vituperada, hoy estamos viendo los frutos de sus palabras acerca de la realidad del Islam. Nuestros globalizadores se permiten el lujo, a costa de nuestro trabajo, libertad y territorio, de traer indiscriminadamente ese tipo de inmigrantes de culturas ajenas, cuyas intenciones, como se ha visto muchas veces no son otras que socavar los cimientos de nuestra cultura y religión. Que nadie me acuse de racista o xenófobo, porque le daré un “Zasca” en toda su asquerosa “bocota”, cuando he sido amigo de todo un señor musulmán, marroquí, escritor y periodista, con el que me he llevado siempre muy bien. Le he considerado un amigo aparte de un gran compañero. O sea que menos lobos igualitarios, falsos, caperucita.
Una cosa es admitir y respetar las diferencias y otra cosa muy distinta permitir que traten de imponerte una forma determinada de vida o religión que no tienen nada que ver con occidente. Todo ello a mayor gloria de los globalizadores que solo buscan traer mano de obra barata, tirada por el suelo, diría yo, para igualar el salario de todos por abajo. El problema principal, por el que los poderosos globalizadores y aprendices de dictadores triunfan, es la mala educación y cultura de la generalidad del pueblo. Está muy mal en España, pero tampoco le anda ya a la zaga en muchos lugares de Europa, ya pre domesticados.
Aquí en España, tenemos a nuestra ministra Celaá, que no solo no entiende absolutamente nada de lo que pretenden las mentes que están por encima, sino que obediente, pone las herramientas adecuadas para poder desintegrar mejor a los pueblo de España y las familias, con su sectarismo en educación. Pena que sus hijas ya hayan estudiado y en colegio católico por cierto. Ahora estaría bien jodida por su ley. He oído hablar entre socialistas y comunistas de toda índole que no hay que tolerar la separación por sexos en los colegios, ¡vade retro satanás!, tanto públicos como concertados. Debe ser que no se han enterado de los estudios que hicieron tanto en Norteamérica, como en Europa sobre el tema, llegando estos a la conclusión de que la separación por sexos en la adolescencia es una buena organización para el aprendizaje tanto de niños, como de niñas, porque ninguno de los dos sexos se ve infravalorado por sus capacidades intelectuales diferentes, en diferentes materias. Vamos que aprovechan mucho más el estudio y les permite afianzarse como hombres o mujeres con sus cualidades particulares.
Pero claro esto debe ser anatema, porque los hombres y las mujeres son absolutamente iguales, permítanme que me desternille de risa, decir que los sexos son diferentes es bueno, porque lo son pero no meterlos en el mismo cajón, esta es la base para garantizarles sus individualidades y su libertad. No quiere decir en absoluto que unas y otras capacidades sean mejores ni peores, y ni siquiera que sean determinantes y determinadas por el sexo, como sí lo es la elección mayoritaria de los juguetes en los dos ámbitos infantiles. Por mucho que les pese, a los de izquierda que, la genética es determinante.
Para mi todo esto solo se trata de un problema cociente intelectual, un cerebro bien amueblado, con un CI por encima de cien, es garantía de buen lenguaje y de buena organización del pensamiento, un cerebro por debajo de estas cifras no. Lo que debería ser determinante a la hora de entrar en un partido político, no es la ideología, sino la capacidad intelectual del individuo que opta al puesto. Pero es que esto debiera serlo casi en cualquier estamento de la sociedad. Que esto sea así no tiene porque ir en menoscabo de unos u otros, simplemente es constatar una cualidad mayor o menor y pedir abstenerse a aquel que se sabe no va a entender nada de lo que tiene entre manos. Esto no es discriminatorio es simplemente lógico.
Para los puestos que dirigen al pueblo, se necesitan las mejores mentes y mientras esto no sea así, pues no será efectivo y bueno el gobierno. Por eso me permito el lujo de reírme cada día con las patochadas de un gobierno en el que no abundan las neuronas, y ya ofrecidas sus locuciones por medios como la televisión, esta acaba siendo el mejor programa cómico de cualquier día. Que divertido mundo es este que nos ha tocado vivir. No es por regodearme en la desgracia de los seres humanos, que también a mi me alcanza, tras cobrar la jubilación y perder poder adquisitivo. Pero ante la fatalidad de los que han perdido empleo o negocio, que hay muchos, no me puedo ni quejar. Pero el mundo que conocíamos ya casi no existe “Requiescate in Pace”.