La pintura de los días por Demetrio Reigada: Matisse o la alegría de enseñar bien a los hijos

¡BUENOS DÍAS!
«Matisse, nacido en el seno de una familia dedicada al comercio, tenía su futuro predeterminado por la tradición de la familia de dedicarse a la abogacía»
Iniciamos la jornada con la alegría y frescura que transmite esta pintura de Henri Matisse, titulada «Bouquet con Dalias y libro blanco», fechada por el autor en 1923.
La pintura es brillante y fresca como un día de primavera, con una hermosa armonía de colores y formas y una muy adecuada luz.
Ver obras como esta produce consuelo y animan, no sólo por efectos como el que produce el vaso de agua, que casi dan ganas de tomarlo y beber.
La frescura de la obra anima. Pero de una forma especial lo que anima es el saber que Matisse, nacido en el seno de una familia dedicada al comercio, tenía su futuro predeterminado por la tradición de la familia de dedicarse a la abogacía.
Pero, en 1889, tras iniciar estudios para seguir la carrera de leyes cayó enfermo y durante la convalecencia empezó a pintar y entonces descubrió su vocación.
Según dijo, en ese momento de su vida descubrió una especie de paraíso Y a partir de entonces decidió convertirse en artista plástico, a pesar de que esto decepcionó profundamente a su padre.
El mensaje que se puede desprender de la historia de Matisse es que uno debe ser uno mismo y vivir su vida sin someterse a la voluntad de quienes quieren vivir en las personas de sus hijos la vida que no han tenido.
Demetrio Reigada(1950-2014)