La defensa de los débiles. Por Antonio Ramírez

La Defensa de los débiles es la esencia de esta novela de Miguel A. Rodríguez

«Un libro en defensa de los débiles que nos recuerda la faceta quizás menos conocida de Miguel A. Rodríguez, la de escritor»

La defensa de los débiles es un tema siempre candente y vigente, que denuncia el abuso de los grandes hacia los que menos tienen. «Las últimas horas del barrio de la Cruz» es el relato de la fuerza destructiva con que una multinacional manipula los intereses políticos y económicos para imponer instalar una planta de residuos radiactivos en un humilde barrio de la periferia de una gran cuidad.

Valladolid y sus suburbios, es el paisaje central de este thriller llevado con conocimiento, tensión y amenidad por Miguel Angel Rodríguez Bajón, polifacético testigo muy activo de estas últimas décadas de nuestra historia española reciente. Escritor, periodista, empresario, político y actualmente Jefe de Gabinete (y mano derecha) de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Ayuso, nos adentra con esta obra en la miriada de miserias humanas con el, siempre, condicionante de la ambición y la corrupción . Un libro, con cierta edad ya, que nos recuerda, quizás, la faceta menos conocida de Miguel A. Rodríguez, la de escritor. Pero una obra, sobre todo, a favor de los débiles.

Antonio Ramirez Velez

Indígena melillense con varias decenas de años a mis espaldas. Periodista de profesión y dedicación institucional desde hace muchos años en lla Ciudad Autónoma de Melilla, anterior Ayuntamiento, con una paso también en la Administración del Estado, Delegación del Gobierno. Responsable en diversas legislaturas de gabinetes de prensa y relaciones institucionales, comencé a entender, hace tiempo ya, que el poder es un mar de ambiciones y conjuras permanentes y por ello la verdad, cuando sobrevive, vale su precio en oro. Mi paso por medios de comunicación, tanto públicos, como privados, me enseñó de la gran asignatura pendiente que tienen, aún, generaciones de periodistas sobre la consideración de su profesión y la dignificación de la misma.

Lector aplicado, que intento ser, concibo a los libros como uno de los últimos reductos de la libertad de pensamiento, generadores de opinión y salvaguarda, por ello, de la voluntad. Lo único que no nos puede ser arrebatado (Víktor Frankl).

Artículos recomendados

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: