El arte, un significado social. Por Antonio Ramírez

El arte, un significado social.

«El hombre que camina es el nombre de la obra que inspira al autor de este pequeño, pero intenso y extraordinario libro, Franck Maubert»

Esta la historia de una icónica escultura, probablemente la más célebre del siglo XX, que nos demuestra y nos adentra en ese mundo en el que la creación va mas allá de la mera especulación y el recreo artístico para adentrarse en las emociones y el significado social.
«El hombre que camina«, es el nombre de la obra que inspira al autor de este pequeño, pero intenso y extraordinario libro, Franck Maubert. Una escultura de bandera en la amplia trayectoria de un genio del arte, Giacometti. Emblema universal del ser humano y creación del último tramo en la vida del artista suizo, escultor y pintor y coetáneo de otros grandes creadores como Matisse, .
El escritor Franck Maubert reflexiona por diferentes vertientes en el relato sobre esta escultura, el artista y su tiempo. Tiempo vivido por Giacometti en el que los grandes y trágicos acontecimientos se dieron lugar y cambiaron buena parte de la estructura y el pensamiento general, como la Segunda Guerra Mundial. Pero la novela es un retrato personal ya que se centra en un artista caracterizado y noblemente obsesionado por la representación humana, como queda de manifiesto en Giacometti, por la influencia que ejercieron en él, el arte etrusco o egipcio y pintores como Giotto o Rodin.
Esta historia nos describe el minúsculo taller del genio en Montparnasse y de donde nace un grandioso legado, pero también como una obra mínima, austera, obvia, atesora semejante y extraordinaria capacidad de conmoción.

Antonio Ramirez Velez

Indígena melillense con varias decenas de años a mis espaldas. Periodista de profesión y dedicación institucional desde hace muchos años en lla Ciudad Autónoma de Melilla, anterior Ayuntamiento, con una paso también en la Administración del Estado, Delegación del Gobierno. Responsable en diversas legislaturas de gabinetes de prensa y relaciones institucionales, comencé a entender, hace tiempo ya, que el poder es un mar de ambiciones y conjuras permanentes y por ello la verdad, cuando sobrevive, vale su precio en oro. Mi paso por medios de comunicación, tanto públicos, como privados, me enseñó de la gran asignatura pendiente que tienen, aún, generaciones de periodistas sobre la consideración de su profesión y la dignificación de la misma.

Lector aplicado, que intento ser, concibo a los libros como uno de los últimos reductos de la libertad de pensamiento, generadores de opinión y salvaguarda, por ello, de la voluntad. Lo único que no nos puede ser arrebatado (Víktor Frankl).

Artículos recomendados

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: