
«Qué lastima de vecinos y pueblo en esta España que fue nuestra, grande y ancha… Y con muchas esencias que perder. Me rebelo»
No hay peor asesino que el que mata por nada, por robar la miseria de su pueblo, o peor aún, por la inhumanidad indecente de su ideología única. Y por ello recuerdo el verso de Daniel Viglietti «Menos mal que existen los que no tienen nada que perder….» y me entristezco, al menos para las próximas tres jornadas.
No olvido en esta España que nos desmenuzan, a aquella diputada de nombre Anne Gabriel, famosa política del flequillo batasuno y sobaco de bacalao con responsabilidad parlamentaria desde los escaños catalanes pertenecientes a la CUP, y su receta del éxtasis social para acabar con la familia, esa posibilidad revolucionaria de convertirnos todos en una comuna tribal, en la que la mujer pueda parir a sus hijos en medio de la comuna y que los eduque la vecindad que de ahora en adelante se denominará como el pueblo de la arcadia feliz. Algo así como un antiguo patio de vecinos franquista, pero puesto al día y con sexo y de propina unos cuantos perro flautas que acaban de ocupar el segundo izquierda.
Y es que día a día, los españoles vamos recibiendo un anticipo de grandes y transformadoras ideas, verdaderas bofetadas ideológicas que anuncian las grandes posibilidades para la felicidad colectiva de un frente de izquierdas en el gobierno, sin pagar las deudas, pleno de funcionarios, con un adecuado salario social y plenamente capaz, tanto de transformar el pasado como los pensamientos diferentes en una unidad revolucionaria de partido hegemónico y comunista.
Y presiento que el verso queda atrapado así en la red del mal, dentro del huevo de la serpiente que engaña al pueblo cada día. Porque en esencia, todos tenemos derecho a echar una última y diferente palabra antes de morir, y soñar, además, que la gloria nos sobrevive, y en esencia la historia y nuestras raíces, nos moldean y definen en esta España que fue nuestra, grande y ancha… Y con muchas esencias que perder. Me rebelo.
Buen artículo Manuel,como todos los tuyos . Todos nos rebelamos ante tal inmundicia y retrógrada ideología de podemitas y comunistas .No podemos caer tan bajo !
Sensacional artículo.