¡MUY BUENOS DÍAS!

Hoy en La Paseata, comenzamos este sábado frío, con una obra de pintura que me ha atraído por su historia. Ya no sólo el contenido, sino el continente. Me explico: En ocasiones se atribuyen méritos a quien no le pertenecen. Esta obra es el ejemplo de ello. Fue atribuida al artista austriaco Gustav Klimt, famoso por el uso del oro en sus composiciones. Investigaciones más precisas han demostrado que no es así y de hecho, las formas de distribuir el color son diferentes. En Klimt, las pinceladas son más suaves y utiliza mosaicos; mientras que Zilberman utiliza mayor densidad y las formas las marca y acentúa más.

De la artista, poca información se obtiene. Ascendencia francesa, estudió artes gráficas en París. De profesión estilista, algo que marcó claramente en todas sus obras. La que os presento es su obra póstuma.

Anne Marie Zilberman. Francesa. Pintora contemporánea.

«Las lágrimas de Freya»

Hay una leyenda, mitología nórdica. Freya, Diosa del amor y de la belleza. Valkiria, gran guerrera, pero en ocasiones su amado salía largas temporadas de casa. Lloraba, lagrimas que caían por las rocas, transformándose en oro y alguna de esas lágrimas que tocaron el mar, en ámbar. Leyendas, puras leyendas…

Un amor tan puro, lágrimas de oro

tristeza en el rostro, serenidad también

cuando tú te marchas, dejas una daga

clavada en mi pecho, se cubre de miel.

Quien pudiera hallar, esa semejanza

y sentirse libre, amando sin hiel

donde el corazón todo lo alcanza

la vida, la angustia, sufrir por querer.

Y ser una lágrima, la que inunde cada rostro

convertida en oro, para el que no pueda bienquerer

viendo con tristeza, riqueza de muchos

pedestal que alcanzan, sin llorar después.

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La Paseata os desea que tengáis un fantástico sábado

MMB