La alegría del nacimiento y las caricias del mañana. Por Mila Soyyo

«El nacimiento, una vida, una luz, un suspiro en la distancia, alegría a raudales, son todo las caricias del mañana»
En este mundo en el que vivimos
donde se masca tanta miseria,
el nacimiento de un niño
no es motivo de tragedia.
Nos ha invadido un virus
con una política incierta
unos que quieren aborto
otros que buscan la guerra.
La edad adulta se impone
cuando cumples dieciocho
como es posible que pueda
abortar con dieciséis si
acaba de dejar las muñecas.
Existe un preservativo que
se usa con cabeza,
si vas a jugar en la cama
pónselo y no dejes huella.
Termino con este tema
pues me resulta violento
y empiezo con este otro
de vida y consuelo .
Al abuelo que sonríe
a ese padre que lo ansiaba
a una madre que lo vive
a la vida, doy las gracias.
Nueve meses lo normal
para que venga una luz
de esperanza, humanidad
y no se le llama cruz.
Se pasan momentos duros
con antojos o sin ellos
visitas al hospital, alegría
de sentir que lo llevas en tu vientre
que es una espera larga,
que es amor lo que se siente.
Notas como ese cuerpo
va cambiando de volumen
tu rostro es más bonito
a veces, se descompone.
Surgen las pataditas
cuando se nota con hambre
o también pueden clamar
tranquilidad al instante.
En ocasiones existen
complicaciones al parto
exigen reposo absoluto
o cuidados , no lo dudo.
Llega ya su nacimiento
tan deseado, tan querido
que se olvida uno de todo
y será bien recibido.
Ahora entran los abuelos
que tienen algo que decir:
soy mayor ya lo se
para muchos un anciano
tengo tanto que aportar
no me hagas tanto daño.
Pensar de mi que no valgo
que ojalá yo me muera
es un dolor tan grande
que me rompe en mi interior
más de lo que estoy por fuera.
Esto se lo digo al que piensa
que nuestra vida es vana
muchos años trabajando,
recompensa la pensión
que apenas da para nada.
Ante este nacimiento que
esperé durante tiempo, digo:
deseo a ese bebe,
una criatura fruto
de esa hija que crié.
No pido mucho, tan solo quiero
tenerte cerca, besarte,
sentir que puedo acercarme
darte un abrazo, decir te quiero.
Soy tan dichoso de verte, Celia
que veo en ti, a esa niña que un
día tuve en mis brazos y ahora
es fiel reflejo su rostro de ti.
Termina una historia,
un encuentro
que decirle a la vida,
que no es condena
un nacimiento.
Una vida, una luz
un suspiro en la distancia
alegría a raudales
son caricias del mañana.
MMB