¡MUY BUENOS DÍAS!
Comenzamos la mañana de este jueves de esa manera tan especial para mí y creo que también ya para todos vosotros. Hoy, tengo el honor de contar con la colaboración de Palmira, una lectora de esta revista digital “La Paseata”.
Os traemos una pintura de un artista del que pensé que os había presentado en alguna ocasión y he descubierto que no es así, siendo la primera vez que os muestro una pintura de él.
Romanticona que es una y sabiendo que a Palmira podía llegarle la inspiración de alguna manera, – se ha inspirado de lo lindo como veréis a continuación- , os dejamos la obra y nuestras letras.
Vladimir Volegov. Chabarovs (Rusia) 1957. Escuela de Arte de Krivoj Roj. Instituto poligráfico de Lvov, antigua Unión Soviética. Una vida dedicada al arte, decoración de carteles publicitarios, portadas de CD, editoriales. En 1990 viajó por toda Europa, ganando dinero realizando retratos en las calles. Pintor figurativo, ilustrador.

«La tarde perfecta» Por Palmira
En esta obra el autor nos muestra a una mujer joven rodeada de naturaleza, en esta ocasión la ha pintado sentada, junto a un campo de cultivo, y próxima a un grupo de casas que nos da idea de que no se halla ni sola ni perdida, la cadena montañosa al fondo nos da una perspectiva de profundidad.
La joven parece absorta en sus pensamientos, está como ausente, ajena al marco que la rodea, su cara parece mostrar un rictus de tristeza, que sorprende ante lo que se ha titulado tarde perfecta, ¿sus pensamientos han volado a un momento pasado y evoca con añoranza, tal vez la niñez perdida? O si, por el contrario, se centran en el presente, y quién sabe si su pena la causa un amor perdido o sin corresponder, da igual, ambos sentimientos forman parte de la vida y nos invitan a emprender el camino que queda por recorrer.
A la vista de la obra, cabe preguntarnos, ¿qué es para nosotros una tarde perfecta? Confieso que mis gustos se aproximan al paraje descrito, un paseo a la orilla de un rio, y disfrutar de los sonidos de la naturaleza, el canto de las chicharras, el gorjeo de los pájaros e incluso el tolón tolón de los cencerros del ganado en la lejanía…y qué decir de la contemplación de la paleta de colores que se nos ofrece, las diferentes tonalidades de verdes, ocres y amarillos, las flores silvestres y por último los cielos, con su extensa gama de azueles, rojos, amarillos, naranjas, purpuras… y al final la reunión con amigos y seres queridos, alrededor de una mesa con un buen vino, no les parece idílico?
Creo haberme dejado llevar por los recuerdos y me he salido del cuadro, pido disculpas por ello a todos ustedes y especialmente a mi amiga Milagros.
«La tarde perfecta» Por Mila Soyyo
Es el campo que deja mi piel respirar
es la sombra encontrada, este es mi lugar
mi rincón favorito, el momento ideal
me descalzo, desnudos mis pies quedarán
a la espera de verte y que me hagas soñar.
Es la hierba creciendo, el aroma al hogar
que se muestra a lo lejos, mi casa verás
una cesta con flores invita a bailar
entre tonos dejando sus tintes de azar.
Mi mano anhela la caricia ausente
es sentimiento, pensamiento errante
un placer evocando un beso que aún no he tenido
las margaritas lo cuentan, es el amor un delirio
de paz, burbujeo incesante que se hace esperar.
Aún soy joven lo sé, no me importa también
el ahora respira a un bonito querer.
***
Mi agradecimiento a Palmira por su escrito, sus letras, la forma en que se ha expresado, dedicando un tiempo a todos nosotros y decirte Palmira, que las disculpas no son necesarias en este caso, siendo agradable leerte y eso es de agradecer .
Manuel Artero, gracias por ofrecernos la oportunidad de expresarnos como nos apetezca y sin limitar nuestras letras.
Desde vuestra revista digital La Paseata os deseamos que disfrutéis de este maravilloso jueves y recordad esto: Cada día una lección; tenemos la suerte de ser aprendices de lo nuevo.
MMB