Debemos diferenciar esos dos términos en primer lugar. Los votantes, por un lado, son el grupo extenso que da la victoria a un partido y que cuando se siente defraudado, se abstiene o cambia su intención de voto. Dentro de este conjunto existe otro menor, mucho menor, los militantes con su carné y que en absoluto, hay que recordarlo, son los dueños del partido, que por otro lado se debe a los votantes atraídos por un programa…pues sin votantes no hay victoria.
«Los militantes son unos seguidores, vocacionales, interesados y en muchos casos adoctrinados, que es el peor veneno para el ejercicio y vida en libertad»
El militante es un seguidor, vocacional, interesado y en muchos casos adoctrinado, que es el peor veneno para el ejercicio y vida en libertad. La disminución de votos que sufre un partido, solo puede ser causada por su radicalización que implica las anteojeras que impiden percibir la realidad. Los militantes radicalizados corren el riesgo de quedarse, aunque dueños del partido, en los huesos y más solos que la una.
¿Cuál es el escenario?
Un PP, o mejor su conducator, que teniendo la mayoría absoluta traicionó a sus votantes que votaron un programa, no a una persona, y perdido ante el separatismo pasándole la patata a los tribunales. Votantes que mantienen su voto ante un panorama desolador volcado en un radicalismo, no por izquierdista sino por antiespañol. Un PP que ha espantado, sin diálogo alguno, parte de su caudal humano (ahora en VOX o C,s.) mientras que se quedó con los corruptos y que incomprensiblemente ofrece diálogo permanente a los que no lo quieren mientras avanzan decididos hacia el precipicio de la ruptura de España, crecidos pues nadie hace nada por impedirlo.
Un PSOE, al que se le ha caído la O y la E, que ha perdido la visión de España, que también, gracias a grandes inútiles, dilapidó un precioso caudal humano (UPyD) radicalizado por un ZP que con su sonrisa de solemne bobaliconería que desanduvo lo avanzado por González, ahora escrachado en la Complu. Un PSOE con un Dr. NOyNO, que ha empujado al partido a su desintegración, y a pesar de su dimisión está dispuesto a cargárselo, perdido en su federalización pesebril autonómica, ante una complicada supervivencia, más bien suicidio, basada en el apoyo a radicales y separatas… sin ver que ahí radica la causa de su pérdida de votos.
Todo ello azuzado por el adoctrinamiento a la militancia, durante décadas, y la «Reductio ad Francum» que les ha explotado en la cara.
Un Podemos, financiado por enemigos de España, cuyo único discurso se basa en la ignorancia y el ejercicio del oclócrata, mostrando una derecha ilegítima heredera del franquismo, y estigmatizando al PSOE para fagocitarlo en su discurso de barricada.
Un C,s., nacido bisagra y defensor de la unidad de España, ahora perdido y rechinando como el gozne oxidado del ataúd donde yace un valiente UPyD desaparecido en combate.
Y una cuestión clara… a todos se les llena la boca de «militancia», de «la gente», para ocultar sus vergüenzas cuando lo que han hecho es adoctrinar a la masa en el rencor enfermizo a la derecha, teniendo tanto que callar, para luego darle voz cuando les parece o creen que les conviene.