La décima ya está en las vitrinas del Real Madrid !!! Y me quedo para mis mejores recuerdos sentimentales la épica del gol de Ramos, en el último minuto, y la imagen del Cholo diciendo a sus jugadores que levantaran la cabeza cuando ya habían perdido.
Es la magia y su épica. El viejo y vital concepto de amargura de los perdedores junto con el tópico de la miel de la victoria hechos realidad por los miles de seguidores de aficionados rendidos ante los nuevos gladiadores del circo.
Hace doce años de periodista realicé el reportaje de la novena copa del Real Madrid para Informe Semanal. Por eso recuerdo hoy que muy de madrugada encontré en la Cibeles a una joven madridista, exultante, fuerte, viva, guapa y con los ojos radiantes de victoria. Me sonó su cara pero me costó reconocerla. La había conocido unas semanas antes, realizando otro reportaje, muy diferente, sobre la detención del violador de Pirámides, un monstruo que durante años mantuvo en jaque a la policía mientras violaba a cientos de adolescentes y jóvenes madrileñas.
Pude entrevistar a tres de sus víctimas y por eso conocí a la madridista que con sus declaraciones me encogió el corazón. Con su vocecita amplificó su personal tragedia. El horror y la dificultad de la autoestima para superar la terrible amargura y sufrimiento de la violación. Y por eso, tardé unos segundos en reconocerla en aquella celebración de la novena. Parecía otra.
El fútbol, estaba claro, le había dado la fuerza suficiente para levantar la cabeza y mirar la vida con la fuerza necesaria, como en ese gesto que anoche vi en el Cholo Simeone con el que decía a sus jugadores «Levantad la cabeza». Es la grandeza del fútbol, la épica de los ganadores y también de los perdedores.
Excelente artículo, aunque bastante fuerte la comparación, como fuerte -y pavorosa- es la historia.