Los quince millones de turistas que aterrizaron durante el año pasado en Canarias llegaron gracias a la super enriquecida de los depósitos llenos de miles de jumbos que, por cierto, gastan mas de diez litros de gasofla cada cien kilómetros. Esa es la paradoja irónica del contaminante petróleo en nuestro siglo. Porque gracias a esos seres con chanclas y bermudas, pero nada ecológicos, las islas Canarias se embolsaron unos ingresos de 11.684 millones de euros, en un negocio en el que también se enriquecen las propias líneas aéreas, los tour operadores y las multinacionales cadenas hoteleras.
Y está claro que la industria del sol que ofrece Canarias se acabaría con un derrame de chapapote que posibilitan unas hipotéticas plataformas petrolíferas en el caso de que abajo de las aguas del paraíso haya petróleo. Esto es al menos, lo que aseguran muchos ahora en Canarias. Desde el propio Paulino Rivero que ayer, desde las teles, llamaba a la insurrección social, hasta los famosos ecologistas de Greenpeace, los mismos que el otro día pintaron en una de sus catódicas acciones el hotel de El Algarrobico con el lema de Ilegal y vieron como al día siguiente los vecinos se emplearon a fondo para tapar la «I» y repintarlo de legal, sencillamente porque buscan, por un lado, un futuro para sus hijos y trabajo para ellos mismos, y por el otro sienten que como ciudadanos de la costa de Almería también tienen derecho a disfrutar de las mieles de la industria hotelera. La única que de momento y desgraciadamente, tenemos en España. De Paulino Rivera no añado ninguna cita porque sencillamente cualquiera de las que me vienen a la memoria me produce vergüenza ajena.
Así las cosas, ahora comienza en Canarias, con el beneplácito que da el Gobierno a la petrolera REPSOL para que sondee las posibilidades de negocio, una auténtica batalla campal. La de los medios, los sentimientos ciudadanos, la de los políticos, la larga y cara judicial y hasta la de la libre manifestación de las ideas en la plaza pública. Porque el posible petróleo de Canarias, sin ni tan siquiera aparecer, ya se presenta como un negro chapapote social.
Solo espero que las algarabías sociales, que llegarán por este ecológico asunto a cada una de las islas afortunadas, hasta la de San Borondón, no atemoricen e interrumpan, ese flujo de aviones cargados de turistas dispuestos a gastarse unos eurillos extras, además de lo pagado a plazos a las grandes agencias de turismo, en la miel de Palma, los plátanos maravillosos, sus papitas con mojo y hasta un par de botellas de ron.
¡ Mira qué son ganas de jugar con fuego !
La demagogia en estado puro, amigo don Manuel. No se puede esperar otra cosa de ese mediocre que se colocó en la presidencia de las «desafortunadas» por tener a semejante personaje al frente de sus intereses, los suyos y sus amigos y conmilitones, claro. Un abrazo.
Por orden de – a + peligro de contaminación:
a) prospecciones
b) extracciones
c) refinado.
d) transporte
Los de pipí verde (green peace o green piss off) son otro partido político de izquierdas aunque lo nieguen.