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Las ilustraciones de Rafa: Conviene recordar el «Fuego amigo» desde el entorno presidencial

Conviene recordar

EL PAÍS, 22 de septiembre de 2007

(Archivo.Hemeroteca)

«Fuego amigo» desde el entorno

presidencial

Por amigos de Zapatero pasan varios de los más destacados accionistas, directivos y promotores de la cadena de televisión La Sexta, de la que es accionista la productora Mediapro, cuyo presidente, Jaume Roures, promueve el periódico Público, de próxima aparición. Felipe González también lanzó un mensaje sobre este asunto en el homenaje a Polanco cuando recordó cómo se deshizo de los «periódicos del Gobierno». «No quería tenerlos. Me parecía una contradicción en sus términos», señaló.
La cadena de televisión La Sexta nació de una ley ministerial de julio de 2005. Esa ley fue diseñada por Miguel Barroso, entonces secretario de Estado de Comunicación. Barroso abandonó su puesto dos meses después de publicarse dicha ley (denominada Ley de medidas urgentes para el impulso de la televisión digital terrestre, de liberalización de la televisión por cable y de fomento del pluralismo). El consejero delegado del nuevo canal de televisión, José Miguel Contreras, había sido socio de Barroso en varias iniciativas relacionadas con la comunicación y la imagen de candidatos socialistas y pasaba por ser un viejo amigo de Zapatero, con el que compartía su afición al baloncesto. Diversas fuentes aseguran que Contreras forma parte de los amigos del presidente con los que juega algún que otro partidillo en La Moncloa.
Tras su paso por el palacio presidencial, Barroso pasó a dirigir la Casa de América, un consorcio integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital.
Durante años, Barroso y Contreras compartieron tareas de asesoría de imagen para las campañas de líderes socialistas, entre ellos Felipe González, Joaquín Almunia o el propio Rodríguez Zapatero. Más recientemente, y según personas próximas a ellos, también ayudaron en las campañas por la alcaldía de Madrid de la secretaria de Estado Trinidad Jiménez y Miguel Sebastián, ex asesor económico de Zapatero y gran amigo del presidente.
Barroso y Contreras también colaboraron en negocios relacionados con el mundo de la comunicación que desembocaron en la creación del Gabinete de Estudios de la Comunicación Audiovisual (GECA) y en una alianza con la productora Globomedia, liderada por Emilio Aragón y promotora de series de éxito como Médico de Familia, Periodistas, Policías, Un paso adelante, 7 vidas, Aída o Los Serrano.
El director general de La Sexta es Antonio García Ferreras, que trabajó como profesor, con Contreras, en la cátedra de Carmen Caffarel en la Universidad Rey Juan Carlos. Ellos fueron importantes valedores de Caffarel cuando ésta fue nombrada directora general de Radiotelevisión Española, en 2004. Entonces se destacó que, desde la cercanía del nuevo poder socialista, la influencia de ambos era destacada en La Moncloa.
El núcleo duro del accionariado de La Sexta (con un 51%) está formado por GAM, un consorcio de productoras en el que Globomedia (a través de su matriz, el Grupo Árbol) y Mediapro tienen la mayoría de control. En GAM también participan las productoras Bainet, del cocinero Karlos Arguiñano (12%), y El Terrat, presidida por el showman Andreu Buenafuente (8,25%). Drive, de José Manuel Lorenzo, abandonó este grupo poco después del arranque de La Sexta. Más tarde entró en el accionariado la caja de ahorros vasca BBK, que posee el 9,8%. La televisión mexicana Televisa es propietaria del 40% del capital de La Sexta y Gala Capital del restante 9%.
Árbol y Mediapro sellaron su fusión en 2006 y crearon el holding Imagina, al que se adhirió en abril de 2007 el grupo inversor Torreal, de Juan Abelló, que compró el 20% del capital.
La cabeza visible de Mediapro es Jaume Roures, socio de Contreras en La Sexta y a quien atribuyen una magnífica relación con Barroso. En las últimas semanas, Mediapro y La Sexta han combinado sus actividades e intereses, en connivencia con la Liga de Fútbol Profesional y TV3, para perjudicar a Sogecable (grupo propietario de Canal + y Digital + y cuyo principal accionista es PRISA, editora de EL PAÍS) en el conflicto del fútbol televisado. En las dos últimas semanas, Sogecable ha caído en Bolsa un 5,57%.
De la buena relación entre Rodríguez Zapatero y los socios de La Sexta da idea la autorización del presidente del Gobierno para que un equipo de producción de Mediapro, la empresa de Roures, le acompañara durante meses en casi todos los viajes que hizo (incluido un partido del Barça que vio con Guardiola, contratado por Roures para el reportaje). Mediapro tiene contratos con TVE, entre otras cadenas, y produce, por ejemplo, los programas España Directo o 59 segundos (hasta el comienzo de la actual temporada). También se hizo en 2004 con el contrato para emitir la señal del Canal Parlamentario, que difunde las imágenes de todas las actividades del Congreso de los Diputados.
Roures es también el principal promotor del periódico Público. El proyecto de dicho diario le fue presentado a Zapatero hace ya bastantes meses, como ha admitido el propio presidente en círculos íntimos. Zapatero, aseguran fuentes próximas a él, ve «con simpatía» la llegada de un periódico que esté «más a la izquierda que EL PAÍS». «Si Zapatero quiere, el periódico saldrá; y, si no quiere, no saldrá», aseguraban a comienzos de año algunas fuentes próximas a Moncloa. El jefe del Gobierno niega tener semejante influencia.
Tanto Barroso como Contreras o García Ferreras eluden todo comentario sobre estas cuestiones. Miguel Barroso declara a EL PAÍS que no tiene nada ver con asuntos relacionados con los medios de comunicación «desde hace tiempo», y renuncia a hablar sobre temas que pertenecen, dice, a su vida privada, como sus supuestas relaciones con quienes diseñan la estrategia de comunicación de Moncloa o la propia estrategia de desarrollo de La Sexta. La Casa de América es su única preocupación ahora, declara.
Antonio García Ferreras afirma que es amigo de Zapatero «igual que de Chaves, de Egibar y de muchos otros políticos». La suposición («una leyenda urbana», según él) de que acude con frecuencia a La Moncloa a jugar al baloncesto con el presidente del Gobierno la desecha con el argumento de que él está lesionado desde hace tiempo, así que eso «es una mentira y una falsedad».
García Ferreras atribuye el interés por relacionar su amistad supuesta con Zapatero al actual conflicto del fútbol al «nerviosismo de PRISA». García Ferreras fue director de la cadena SER hasta 2004. Allí, dice, se fraguó su amistad con el presidente «y con muchos otros líderes políticos españoles».
Para algunos, Ferreras fue un gozne decisivo en la relación del entonces presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, con Zapatero, a quienes puso en contacto en momentos decisivos de la llegada del presidente a La Moncloa. Ferreras sería luego elegido por Pérez como director general de Comunicación del club blanco

Rafael Gómez De Marcos Rafael Gómez De Marcos

Las ilustraciones de Rafa: Los «Minesoto» socialistas. Rascar y ganar

Los minesotos

Elsa Viejo. 1-12.2013 ESTRELLA DIGITAL

Los ‘minesoto’: el brazo económico de

ZP

Un grupo elitista de economistas y estadistas, bien formados, perfectos conocedores de varios idiomas y curtidos en una de las mejores universidades en macroeconomía del mundo: la universidad de Minnesota (EEUU). “Se les podía identificar perfectamente como pijos progres. Niños de bien que habían tenido la oportunidad de recibir la mejor formación”. Así es como identifican desde el PSOE al famoso ‘clan de los minesoto’: Miguel Sebastián, Inmaculada Rodríguez-Piñero, Soledad Nuñez y Javier Vallés, gurús económicos de la era Zapatero y que aún mantienen su estela en la era Rubalcaba, pese a ser la gestión económica considerada uno de los principales motivos del descalabro electoral sufrido en 2011, una de las peores derrotas en la historia socialista.
«Se les podía identificar perfectamente como pijos progres. Niños de bien que habían tenido la oportunidad de recibir la mejor formación»
Cuatro economistas de reconocida profesionalidad y solvencia que se conocieron en 1980 en la Universidad de Minnesota (EEUU). Y cuyos caminos desde entonces no han dejado de cruzarse. ¿Sus nexos de unión? Primero el que fuera Gobernador del Banco de España Luis Ángel Rojo, considerado el introductor del análisis keynesiano en España y especialista en política macroeconómica y teoría monetaria. Su objetivo no era otro que ayudar a nutrir a jóvenes promesas de la economía en nuestro país de las ideas que él consideraba vitales para colocar a España a la vanguardia. Y dos décadas después José Luis Rodríguez Zapatero.
Su historia se remonta a tres décadas atrás. Promoción de 1980. Sus vidas fueron selladas para siempre por unas becas concedidas por el Banco de España. Sólo los cinco mejores expedientes fueron los elegidos por el entonces catedrático Rojo para cruzar el charco. Cuatro de la Universidad Complutense de Madrid: Miguel Sebastián, Inmaculada Rodríguez-Piñero, Soledad Núñez y Cristina Amazón. Y uno de la universidad de Alicante: Fernando Vega. Cinco estudiantes españoles, recién licenciados en Economía que se trasladaron a la muy adversa, climatológicamente hablando, Minnesota. Allí, a miles de kilómetros de sus familiares y amigos de siempre, la unión entre ellos fue prácticamente inevitable. Convivieron en la misma casa. “Los lazos que se crearon fueron de por vida”, aseguran fuentes cercanas al clan.
Miguel Sebastián, Inmaculada Rodríguez-Piñero, Soledad Núñez, Cristina Amazón, Fernando Vega fueron elegidos por Luis Ángel Rojo para estudiar en Minnesota.
La primera en abandonar el barco fue Inmaculada Rodríguez Piñero. Ella fue la que menos tiempo estuvo en EEUU: los dos años que duró el máster en Teoría Económica que estudió. Luego se casó y decidió volver a Valencia antes de tiempo. El resto se quedó allí los cinco años de doctorado. Pero Rodríguez Piñero nunca perdió la relación con Miguel Sebastián y Soledad Núñez, con quienes forjó una importante amistad que dura hasta la actualidad. Al principio la relación fue a distancia, Inmaculada en Valencia y Miguel y Soledad en Madrid. Hablaban por teléfono y se veían muy de vez en cuando. Pero fue en 2004 cuando sus caminos se volvieron a cruzar, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno de España.
Entonces fue cuando verdaderamente se constituyó el núcleo central del denominado ‘clan Minesoto’: Miguel Sebastián, Soledad Núñez, Inmaculada Rodríguez Piñero y Javier Vallés, este último, marido de Núñez y también estudiante de doctorado en Minnesota. Según aclaran fuentes socialistas a este diario, Vallés y Rodríguez Piñero no coincidieron en EEUU, su amistad surge en España, primero cuando él y Soledad se casan, pero más intensamente cuando Inmaculada decide volver a Madrid. “Este es el momento en el que surge el clan”, insisten las mismas fuentes.

Surge el flechazo entre Zapatero y Sebastián

El primero en llegar a Zapatero fue Sebastián. “Él fue el creador y el mando principal de este grupo”, aseguran a ESTRELLA DIGITAL. Cuyo origen se remonta al famoso XXXV Congreso Federal del PSOE (año 2000) en el que un desconocido Zapatero se alzaba con la Secretaría General del partido. Quienes fueron testigos directos de aquel momento dicen que Zapatero cojeaba especialmente en economía y que eso le limitaba en su oposición al que por entonces gobernaba España, José María Aznar. Así que de aquellos primeros compases surgió un grupo de economistas, “asesores en la sombra”, entre los que según las fuentes consultadas ya se encontraba Miguel Sebastian, quien por entonces era director del Servicio de Estudios del BBVA.
Aunque no sería hasta 2003 cuando su nombre comenzaría a sonar con fuerza dentro y fuera del partido. Tras irse del BBVA, Zapatero le encomendaría una importante misión: dirigir la elaboración de la parte económica del programa electoral con el que concurriría a las elecciones generales de 2004. Por entonces, el líder socialista ya tenía a un responsable económico en el partido, que era Jordi Sevilla, pero Zapatero decidió darle todo el poder a Miguel Sebastián y a su equipo de discípulos organizados bajo el epígrafe de Economistas 2004. Muy a pesar de Sevilla, Sebastián, por entonces un auténtico desconocido, fue el encargado de presentar en el diario El País, el medio de referencia socialista por antonomasia, la estrategia económica de Zapatero. Decisión que pilló por sorpresa a muchos en el partido.
En 2004 el PSOE gana las elecciones. A partir de aquí, Miguel Sebastián comenzaría a nutrir su clan. O lo que es lo mismo, todos los puestos de confianza económica del que ya era el segundo presidente socialista de la democracia fueron ocupados primero por algunos de sus compañeros en Minnesota y a continuación por sus discípulos y entorno con el que coincidía en una ideología más liberal y centrista. Similar a la Tercera Vía propuesta por Zapatero a su llegada a la secretaría general del PSOE, y cuya música sonaba como la ‘Third Way’ de su gran amigo Tony Blair, cuyos caminos volvieron a cruzarse la semana pasada: Zapatero le quiso a su lado en la presentación de sus memorias.
Sebastián coloca a su clan
Todos los que conocen a Zapatero insisten en que no solía escuchar a muchas personas, pero a Sebastián sí. En el momento que comenzaron las quinielas para ministrables, su nombre sonó con fuerza, pero finalmente el presidente optó por apostar por el perfil técnico de Sebastián y mantenerlo a su lado. Le creó un puesto a medida: jefe de la Oficina Económica del presidente. Con él se llevó a Soledad Núñez, procedente del Banco de España y con quien forjó una estrecha amistad en EEUU. Núñez no estuvo en el Oficina Económica más que un año, pronto Zapatero la buscó un sitio mejor: la Dirección General del Tesoro. A continuación, Sebastián ‘colocó’ a la tercera ‘minesoto’, Inmaculada Rodríguez-Piñero, aunque a ella no en el Gobierno, sino en el partido. Después de que Jordi Sevilla fuera designado ministro de Administraciones Públicas, Rodríguez- Piñero fue nombrada en el Congreso Federal de julio de 2004 secretaria de Política Económica y Empleo, la primera mujer en ocupar este puesto. Y ya después de la mano de José Blanco pasaría al Gobierno como secretaria general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento.
Zapatero crea a Sebastián un puesto a medida: jefe de la Oficina Económica del presidente
Aunque no se queda aquí su influencia. De aquel equipo de Economistas 2004 que él lideró y que llevó a Zapatero a la Moncloa también emanaron más nombramientos. Julio Segura, discípulo de Luis Ángel Rojo, fue nombrado en 2007 presidente de la Comisión Nacional de Mercados de Valores, en sustitución de Manuel Conthe, la apuesta del que por entonces era ministro de Economía, Pedro Solbes. En la vicepresidencia de este mismo organismo se colocó a otro miembro del club, Carlos Arenillas, cuya mujer, Mercedes Cabrera, fue designada ministra de Educación.
David Vegara también encontró su puesto como secretario de Estado de Economía. Al igual que Maurici Lucena, que comenzó como Director General del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), para a continuación convertirse en el presidente del consejo de la Agencia Espacial Europea (ESA). Aunque algo más llamativo fue el caso de David Taguas, otro de los discípulos importantes de Sebastián. La noche de las elecciones de 2004 todo el mundo daba por seguro que tendría un puesto importante en Moncloa. Pero de primeras no fue así. No fue hasta 2006, momento en el que Zapatero le pidió a Miguel que encabezara la lista del PSOE para el Ayuntamiento de Madrid, cuando Taguas se hizo con el control de la Oficina Económica. Sebastián se iba, pero dejaba a alguien de su máxima confianza al frente.

La estela del ‘clan Minesoto’
Su derrota en Madrid fue estrepitosa. Tardó dos años en volver al Gobierno de Zapatero, pero esta vez lo haría frente a los focos, como ministro de Industria. Y no le importó que fuera de otra manera. Él y su clan ya tenían todos los puestos económicos claves controlados. Taguas abandonó la Oficina Económica en 2008, pero nada cambió. Un cuarto ‘minnesoto’ entraría en acción. Javier Vallés, marido de Soledad Núñez, fue designado por Zapatero jefe de su Oficina Económica. “El hombre que nunca le decía no al presidente”. Así le describen quienes le trataban en aquella época. A él le tocó vivir los peores momentos en la Moncloa. La crisis económica estalló y azotó con virulencia a España cuando él estaba al frente. La negación inicial de Zapatero y la ausencia de políticas económicas alternativas a la burbuja inmobiliaria que se veía a leguas que iba a explotar son para algunos de los que estaban entonces en Moncloa y Ferraz las causas directas del descalabro vivido en las elecciones de 2011.

Javier Vallés, “el hombre que nunca le decía no al presidente”
Drásticos recortes del gasto, dolorosas subidas de impuestos, reforma de la Constitución, congelación de pensiones. Estas fueron algunas de las impopulares medidas que el Ejecutivo de Zapatero adoptó. Las mismas de las que el PSOE actualmente reniega. Pero de las que nadie asume responsabilidades. El anterior presidente del Gobierno acaba de publicar unas memorias llenas de excusas. Y la actual dirección socialista, capitaneada por Alfredo Pérez Rubalcaba, sigue contando con los ‘minesoto’ como sus gurús económicos. Inmaculada Rodríguez Piñero se quedó al frente de la secretaría general de Economía del PSOE y fue una de las diez personas que se encargó de elaborar el último programa electoral de la formación. Y Soledad Núñez fue designada a propuesta de Rubalcaba subgobernadora del Banco de España. Miguel Sebastián y Javier Vallés están apartados de la vida pública. Pero los cuatro siguen manteniendo el contacto. Según fuentes cercanas a ellos, comparten habitualmente cenas y comidas; y cómo sacar a España de la crisis sigue siendo el núcleo central de sus conversaciones. El pasado no parece atormentarles.

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Rafael Gómez De Marcos Rafael Gómez De Marcos