
«El presidente de un gobierno democrático de España ha vendido la igualdad entre todos los trabajadores españoles por un puñadito de votos que le permitan seguir durmiendo en la Moncloa»
En muchas de las largas, algunas larguísimas, charlas que tuve la suerte de compartir con Jordi Solé Tura, comentó con preocupación el interés del PNV, o sea del gobierno vasco, en hacerse con la caja de la Seguridad Social. Más tarde, sorprendentemente, oí comentarios similares de otra persona de ideología muy distinta, Manuel Jimenez De Parga.
Ambos lo comentaban con preocupación y la esperanza de que ningún gobierno se atreviese a romper con lo que representa la solidaridad de todos los trabajadores españoles. No sé qué pensaría ninguno de los dos al ver que finalmente el presidente de un gobierno democrático de España ha vendido la igualdad entre todos los trabajadores españoles por un puñadito de votos que le permitan seguir durmiendo un tiempo más en la Moncloa. Un gobierno al que la palabra igualdad no se le cae de la boca y que sin embargo está embarcado en la peor operación posible de desintegración del sistema, estableciendo diferencias de trato, financiación y derechos entre las distintas regiones de España y, por consiguiente, entre los ciudadanos.
La pésima gestión política de este gobierno ha tenido la increíble virtud de hacer que coincidan en su diagnóstico dos personas otrora tan dispares (por ser diplomática) como Felipe González y José María Aznar, que recientemente expusieron su discrepancia con la política del gobierno en un acto celebrado en Madrid y del que, ¿sorprendentemente? ningún medio, que yo sepa, se ha hecho eco…