
«Salvador Dalí, con su proverbial acento y separación de sílabas arrastrando de forma casi imposible los sonidos decía: “El hombre es una maquina cibernética blanda”
Alguien dijo que a este mundo se viene para reírse de él. Sin embargo, creemos, que es él quien se ríe de nosotros. Reírse del mundo queda para avanzados; gente que haya sido ya tan machacada que llegue a la conclusión de que este es un sitio raro. Y es cierto que lo es, precisamente porque la mayoría, somos capaces de darnos cuenta de que algo no funciona y a la vez, continuar tranquilamente centrados en ver el próximo partido, pagar nuestras facturas, comer tres veces al día y poco más.
Como las hormigas desde su hormiguero nos observan en nuestra “inmensidad” y siguen a lo suyo, nosotros, observamos como la naturaleza marcha a su manera. Naturaleza a la que habría que conocer más, pues suele ser bastante constante en sus desastres.
Nosotros, con esa moral que Dios nos dio, somos capaces de irnos a vivir a la falda de un volcán, al cauce seco de un río o a cualquier sitio de esos a los que azotan las catástrofes naturales con más frecuencia. Utilizamos espráis contra la osadía de las hormigas que se apoderan de nuestros jamones con el mayor descaro. La naturaleza hace lo mismo con nosotros y aun no lo hemos comprendido.
Nos gusta provocar y ahí vamos, en multitud o en privado, a buscar enfrentamientos con aquella fuerza inmensa a la que llamamos Naturaleza.
Gente loca y auto engañada, con algunas pequeñeces, como creernos especiales porque, a veces, tenemos buenos sentimientos o emociones positivas. Pero una simple falta de vitamina B12 o una carencia de oligoelementos o una enfermedad hepática, y nos convertimos en otro; y los microbios, las carencias y los desequilibrios, nos trasmutan en seres desagradables, a veces violentos… o en muebles de jardín, dejando pasar el tiempo acurrucados en algún rincón.
Y a estos síntomas, algunos los llaman “Pecado”.
Nos gustaría que algún sabio doctor, nos diese un diagnóstico sobre las carencias de los políticos, tanto los actuales como los del pasado; más que nada, por ver si se les puede perdonar tanta ruindad y sufrimiento sembrado, debido quizá a sus carencias nutricionales, malformación cerebral o cualquier otra cosa maligna ajena a ellos.
Un día, hace muchos años, pasaba yo ante la televisión de mi casa, eternamente encendida. Y algo me hizo frenar en seco y quedar, aturdida, mirando fijamente a la pantalla. Salvador Dalí, con su proverbial acento y separación de sílabas arrastrando de forma casi imposible los sonidos decía: “El hombre es una maquina cibernética blanda” …
Yo me sumo a la teoría y añado: Sí, y en proceso de mejora, pues aun trae graves defectos de fabricación el muñeco que soporta ese soplo vital tan delicado que anda siempre luchando por escapar.