Los cuentos de las cuentas del paro de febrero. Por Francisco Gómez Valencia

Los datos no dan y la reformilla no sirve de momento

«Como cada mes analizamos los datos del paro del mes vencido y siguen pintando bastos: La política económica es un desastre»

Como cada mes analizamos los datos del paro del mes vencido con la humilde intención de clarificar la situación que estamos atravesando de manera siniestra –como si viviéramos en el día de la marmota–, desde hace dos años. Los datos pese a que en todos los medios se consideran positivos –por el saldo numérico–, desde luego no son para lanzar cohetes de alegría y menos con la que está cayendo (me refiero a lo de lanzar cohetes).

Finalizó el mes de febrero con una inflación del 7,4% lo cual significa que todo es más caro (no hace falta que les explique lo que está subiendo porque ya lo saben de sobra). Ya hemos dicho en muchas ocasiones que esta variable económica no es más que una especie de impuesto indirecto resultante de la incertidumbre de los mercados y la ineptitud de los gobernantes. Este constante crecimiento además se está produciendo a nivel general siendo el de la Unión Europea el 5.8%, –que ya está bien–…

Con este panorama, el crecimiento de rebote con la forma del logo de Nike –que es la “V” que los cachondos del PSOE usan para escribir “cvmplimos”–, cada vez es más débil, de hecho: imagínense una niña –como la de Rajoy–, jugando a la pelota, la mejor de todas pero pinchada adrede y que pese a todos, sigue rebotando del suelo aunque cada vez con menos fuerza a medida que va perdiendo el aire, aunque de vez en cuando la inflen un poco –como a las narices de Ayuso–, con cuentagotas y hasta con mala leche; pues eso.

Las inyecciones de capital de la UE en forma de créditos y ayudas, por la excesiva burocracia y el discrecional descontrol de Sánchez –porque parlamentariamente nadie lo controla gracias a VOX–, y por la falta de proyectos –como ya hemos explicado en alguna otra ocasión, por culpa de los gobernantes que tuvimos desde los años 80 haciendo de España un balneario sin industria, gestionado y financiado desde Bruselas–, de momento no está ayudando demasiado y por si fuera poco, surge el conflicto de Ucrania que lo va a complicar todo, todavía más.

Ya conocen que con carácter retroactivo al 01 de enero ha entrado en vigor la “reformilla” laboral de Yolanda Díaz. Por este motivo la señora ministra está muy contenta y vaporosa pues como dije al comienzo, el balance da positivo aunque los datos sean pírricos como es su gestión al frente de su ministerio. Si yo fuera un parlamentario de la oposición, ayer hubiera recordado a la ministra de trabajo que por ejemplo: en Cataluña en todo el mes de febrero se han creado 142 puestos de trabajo. Pero como no lo soy, comenzaré destacando que la comunidad autónoma de nuevo campeona otra vez ha sido la de Madrid, con 15.770 nuevos empleados. Obviamente no cabe la menor duda de que el centro financiero del país con las mejores condiciones en materia fiscal posibles, la mejora de los datos de contagios del covid, y el buen tiempo han propiciado los números.

Los datos generales son: Paro registrado: 3.111.684, más los catalogados como “otros” no ocupados que son: 227.335, más las personas con disposición limitada que son: 281.291, más los trabajadores que siguen en ERTES por covid que ascienden todavía a: 115.311, y por último; más los autónomos en cese de actividad que son otros 111.331. Todos ellos, hacen un total de 3.846.952, es decir, en España se ha conseguido en febrero que haya 11.394 personas menos en paro que en enero, lo cual además de ser muy cutre, supone ponerse al nivel del 2015 y eso al actual Gobierno lo vale como arma arrojadiza.

En cuanto a los contratos se han firmado 1.444.057 de los cuales 316.841 son de carácter indefinido, es decir un 21.94% del total. Sumando enero, los contratos temporales –pese a los esfuerzos de la ministra y el carácter retroactivo de la ley–, han aumentado un 168.99%, por lo tanto podemos afirmar que la temporalidad en España sigue siendo importantísima para el devenir del mercado laboral y la economía en general. De hecho gracias a estos datos llegamos a la conclusión de que la corta duración y la gran concatenación de los contratos son el motivo fundamental del desajuste.

Por último en cuanto a las afiliaciones pues decir que desde el primer día de mes hasta el último, el saldo es positivo con 13.870 afiliaciones más y se observa como las empresas siguen abusando de los despidos en fin de semana para ahorrarse costes, así como el abuso de la práctica del despido “in extremis” –que aclaro que no es un tipo de despido–, por el altísimo número de bajas del último día del mes.

La política económica es un desastre y no saben ni por donde se andan

El exministro popular Luis de Guindos, ha destacado respecto a la crisis de Ucrania que de momento y gracias a que Rusia no es una gran potencia financiera, al menos no falta liquidez en los mercados a lo que hay que agradecer que su exposición no sea muy importante en el ámbito europeo. Sin embargo sí que ve como un problema la influencia del gigante ruso en el mercado energético, donde sus actuaciones si pueden hacer temblar los cimientos de la UE, si el conflicto se alarga en exceso teniendo en cuenta –y esto no lo dice De Guindos–, que es un asunto que se ha dejado fuera de los aspectos sancionables, por la triste dependencia del gas ruso fruto de las políticas “ecologetas” que terminarán arruinando a la Unión.

Al final volvemos a lo de siempre, es decir: que la inflación no tiene visos de bajar lo cual produce que la capacidad de renta de las familias y las empresas disminuya considerablemente. España afortunadamente no depende del gas ruso y si del argelino lo cual quizás ayude a suavizar el gran golpe teniendo en cuenta que nosotros ya vamos con un pésimo 1,6% por encima de inflación respecto a la media comunitaria.

En fin: siguen pintando bastos.

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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