¡MUY BUENOS DÍAS!
Como ya sabréis y si no, os lo cuento, el jueves, La Paseata abre su rotativa de una forma diferente, es decir, con la colaboración de un lector. Hoy, tengo el placer de contar con @FelixloGarcia
Si alguno de vosotros, queréis colaborar, tan solo tenéis que decídnoslo.
Os presentamos la obra de un gran y admirado artista español. Se formó en La Escuela de Bellas Artes de Sevilla. Casi todos sus lienzos reflejan su tierra natal.
Manuel García Rodríguez. Sevilla 1863-1925. Pintor, ilustrador. Paisaje, costumbrismo.

«Sevilla» Por Félix López García
Mila me pide que haga algún comentario acerca de unas pinturas que me presenta, y me he quedado con esta hermosa vista de Sevilla y del río Guadalquivir, obra de Manuel García Rodríguez, quien falleció allí el año 1925. Sólo he estado una vez en Sevilla y fue para investigar datos sobre el canónigo menés Sancho Ortiz de Matienzo, uno de los fundadores de la Casa de Contratación de las Indias (año 1503).
La imagen es plácida, pero la hermosa Sevilla ha tenido también momentos de mucha turbulencia. Cuando llegó Magallanes a la ciudad, puso un pendón familiar en sus naves, y los vecinos se amotinaron contra él porque creyeron que era una bandera portuguesa. Si no lo mataron fue porque Sancho Ortiz de Matienzo, jugándose el tipo, separó rápidamente a los contendientes. Y luego Carlos V mandó una comunicación de que tendría en cuenta el servicio que había prestado.
Este era el encabezamiento del escrito: “Carta real al Dr. Matienzo, Abad de Jamaica y Tesorero de la Casa de la Contratación, comunicándole que se le tiene en servicio su información sobre lo ocurrido entre el Teniente de Almirante, su Alcalde y Fernando Magallanes, y que ya se ha ordenado al asistente de Sevilla que castigue a los culpables, así como se favorecerá al dicho Fernando Magallanes”.
Me encantaron en Sevilla, entre otras muchas cosas, su catedral y el excepcional y mudéjar Alcázar de Sevilla, donde Pedro I el Cruel se exhibía con ropa moruna. Allí continúa un exquisito departamento en el que, algo más tarde, se instalaron las dependencias de la Casa de la Contratación. Me gustó también el tipismo local. Vi a unos señoritos sevillanos disfrutando unas tapas a la vera de un bar típico. Les pregunté qué comían, y me dijo uno de ellos: ‘manita de serdo’.
«Sevilla» Por Mila Soyyo
Un patrimonio tiene su gente,
¡Sevilla viva!, ¡Sevilla ardiente!
de humanidad y así se siente
el Guadalquivir, está presente.
Al llegar allí, no me resistí
y me dejé llevar, subida en un carruaje,
bella estampa percibí; y sí,
aquellas flores, estaban hechas para mí.
No hay barquero, se marchó cuando llegaba
hay barquilla, apresuro a rodearla
y quieta me quedo, rozando mis dedos
el árbol que anida aquí. No hay nido, raíces sí.
Recostada, contemplo lo que tengo enfrente
un reflejo, un lugar, un querer musitar
entre ecos… ¡Sevilla y su gente!
***
Bueno, finaliza este saludo de la mañana, algo más extenso de lo habitual. Nunca sé lo que el lector va a escribir y no seré yo, la que le corte las alas, así que desde esta revista digital, como es La Paseata os diré que todos sois bien hallados y bien recibidos.
Darte las gracias Félix por tu colaboración y también a ti, Manuel, que haces que esto sea posible.
Y a vosotros, desearos que tengáis un maravilloso jueves.
MMB