Los adjetivos, como las metáforas, los carga el inconsciente y desnudan al autor por su ropaje de cristal de las diferentes capas de significado superpuestas al estilo de esa cebolla que siempre nos hace llorar al modo del comportamiento zafio y barato del falso periodismo.
Al falso y vendido periodismo se le cala por sus adjetivos y las comillas que manipula. Por Manuel Artero
