Museo Art Nouveau y Art Dèco Casa Lis en Salamanca: Un espacio para deleitarse. Por Susana del Pino

Casa Lis. Carlos Horcajada

«El museo Art Nouveau y Art Dèco Casa Lis en Salamanca hace aún más atractiva la visita a una de las ciudades más bonitas de España»

Situado en la antigua muralla de la bonita e histórica ciudad de Salamanca, el Museo Casa Lis se ha convertido en uno de los lugares más representativos de la ciudad castellano- leonesa tanto por su arquitectura como por su contenido que nos proporciona una interesante visión de una época  en la que las artes decorativas tuvieron una especial importancia, el Art Nouveau, conocido en España como Modernismo y el periodo Art Dèco.

 

    El edificio debe su nombre a Don Miguel de Lis (1855-1909) su primer propietario, rico empresario salmantino que decidió encargar el diseño de la que sería su vivienda familiar al arquitecto jerezano Joaquín de Vargas y Aguirre (1855-1935). El edificio se organiza en torno a un patio central en el que se distribuyen las diferentes estancias, dormitorios y baños. En la galería del patio una vidriera de diversos colores, aunque predominan los tonos azules,  aportan un toque especial al conjunto creando una atmósfera muy agradable. 

 

    La fachada es de hierro y vidrio en la parte superior y está concebida de tal manera que el desnivel existente en el terreno se salva con la colocación de una escalera que permite la ubicación de terrazas con jardines. Se inauguró en 1906 y  es un ejemplo de arquitectura modernista, que en su momento aparecía como una apuesta novedosa y distinta a lo ya existente.

Museo Art Nouveau y Art Dèco Casa Lis en Salamanca

    Posteriormente fue adquirido por la familia de Don Enrique Esparabé de Arteaga (1869-1966) también para uso particular y tras su muerte el edificio quedó cerrado y abandonado hasta que en la década de los ochenta el Ayuntamiento de Salamanca comenzó su restauración para abrir sus puertas en 1995 como Museo Casa Lis de Art Nouveau y Art Dèco.

 

    El Museo nos presenta diecinueve colecciones procedentes de toda Europa, además, gran parte de los fondos expuestos se deben a la aportación de Don Manuel Ramos Andrade (1944-1998) gran coleccionista y amante de las antigüedades. Porcelanas, vidrios, muebles, joyas, lámparas y todo tipo de objetos decorativos nos muestran un estilo que tuvo gran difusión no solamente en Europa, sino también en el resto del mundo.

 

    Ya desde la última década del siglo XIX se forja en Europa, teniendo su origen en Reino Unido, un movimiento conocido como Arts & Crafts que pretendía equiparar las Bellas Artes con las Artes Decorativas, estas últimas consideradas como un arte inferior. El polifacético William Morris (1834-1896) fue una de las figuras más destacadas de este movimiento, junto a él  Charles Robert Ashbee (1863-1942), Walter Crane (1845-1915)  o los artistas prerrafaelistas entre otros, fueron impulsores de esta nueva tendencia artística, trabajando con convencimiento e ilusión.

Bailarina

    Tras el desarrollo de la maquinaria industrial, el trabajo artesanal había quedado relegado a un segundo plano por lo que este movimiento pretendía buscar nuevos modelos de expresión, buscando los detalles, la elegancia y la belleza, en definitiva, el deseo de una nueva estética, una nueva etapa creativa inspirándose en la naturaleza, la zoología y la botánica, cansados de todo lo que había traído consigo la era industrial. 

 

    El arte japonés, en el que la minuciosidad y la exquisitez eran signos de identidad, ejerció gran influencia en este nuevo estilo. Se buscaba por tanto estimular los sentidos con cierta dosis de erotismo mezclando la fantasía y la realidad, las figuras de hadas, ninfas, animales exóticos, mariposas o libélulas se representaban en los objetos o se esculpían. Se utiliza la línea curva, con formas redondeadas y sinuosas en los diseños, algo muy característico de este estilo. 

 

    La Exposición Universal de 1900 en París dio una gran difusión al Art Nouveau. El interés por esta tendencia fue creciendo de tal manera que la industria comenzó a fabricar estas piezas modernistas, aunque no tan originales como las realizadas por los primeros artistas del movimiento Arts & Crafts, pero aunque no presentaran la misma calidad , sí que su producción fue decisiva para expandir este nuevo estilo a mayor escala.

Criselefantinas. Casa de Lis

    En España encontramos ejemplos de arquitectura modernista en varias ciudades, siendo Barcelona la capital de este movimiento de la mano de arquitectos como Pere Falqués (1850-1916) o Enrique Nieto y Nieto (1883-1954) entre otros. Quizás el más popular sea Antoni Gaudí (1852-1926) que nos dejó edificios como La Pedrera, El Palau de la música catalana o Casa Fuster por citar algunos. Melilla es la segunda ciudad española que más edificios modernistas posee con el edificio La Reconquista La Casa Tortosa entre otros. 

 

     Valencia con su Mercado Central al igual que en Zaragoza, Linares (Jaén ) con la Estación de ferrocarril, Casa Gallardo y Palacio  Longoria,  en Madrid y otras ciudades como Gijón, Las Palmas, Teruel, Ferrol, Reus o Cartagena existen también ejemplos de la difusión que tuvo este estilo en España.

 

    Con la llegada de la Primera Gran Guerra se produce un cambio en la estética, dejando atrás la exageración para dar paso a un diseño con líneas más rectas, simetría y figuras geométricas y en el que influirán las vanguardias como el cubismo o el fauvismo, materiales como maderas nobles, acero o plata serán muy utilizados. Los acabados en dorado y el lacado para los muebles o materiales como piel de animal para forrarlos estarán de moda, en general gusto por lo novedoso y lo lujoso. 

Huevo de Pekin. Gregory Sbitnev

    El furor por todo lo relacionado con los hallazgos arqueológicos en  Egipto y en general una fuerte influencia de Oriente, ya que éste resultaba muy atractivo tras la traducción de “Las mil y una noches”, una recopilación de cuentos orientales de época medieval, la admiración por  los pintores de finales del siglo XIX que presentaban cierto toque orientalista o la belleza de los ballets rusos, las bailarinas y la estética en las representaciones, serán factores clave que determinarán la nueva tendencia que,  al igual que el modernismo se extenderá por todo el mundo  

 

     Este periodo de entreguerras será denominado como Art Dèco y será  principalmente decorativo. No se quería expresar el mundo exterior del artista, sentimientos, emociones, simplemente se pretendía crear objetos o figuras que presentaran un diseño atractivo que fueran el reflejo de  lo que se vivía en aquel momento. 

 

      En casi todo el mundo existe representación de Art Dèco, sobre todo en arquitectura, como en Nueva York el edificio Chrysler, imagen icónica de la ciudad o el Palacio de Tokyo en París, además de diferentes museos que al igual que en el museo salmantino exponen interesantes muestras de estos periodos como el Museo Met de Nueva York, (Metropolitan Museum), o el Museo de Artes Decorativas de París. 

Interior. Casa Lis

     Estos años se  relacionan con lo que se conoce como los locos años veinte, una forma de vivir, con alegría y desenfado quizá ante la percepción de que años más tarde se avecinaba  un periodo difícil que traería de nuevo otro gran conflicto bélico.    

 

    En definitiva, en la elegante, histórica y cultural ciudad de Salamanca este interesante museo nos traslada a una época en la que la creatividad fue decisiva, una época con su singularidad, una época que forma parte de nuestra historia y nuestra cultura. Un museo que  hace aún más atractiva la visita a una de las ciudades más bonitas de España.

                                                                                                            

Susana del Pino

Malagueña y amante del arte, una de las pasiones de mi vida. Me gusta la belleza, la armonía y quiero siempre la verdad. Me siento afortunada y agradecida por muchas cosas, entre ellas haber viajado y conocido otras culturas que me han aportado tanto. Italia me fascina, nunca me cansaré de visitarla, siempre que regreso siento que una parte de mí se queda allí.

La vida es una oportunidad maravillosa para aprender, conocer, soñar, compartir, sentir... y siempre amar.

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