Cada día nos encontramos más informaciones laudatorias sobre los coches limpios. Son publicidad. Un deslinde mas de esos periodistas sin “ethos” , sin escrúpulos, o sin oficio, que cada día, como las células del cáncer, se multiplican a gran velocidad.
El otro día, por ejemplo, salieron unas cifras: Las ventas de coches del segmento menos contaminante (‘greencars’) alcanzaron las 256.671 unidades en España en 2009, lo que arroja un incremento del 42,1% en comparación a 2008. De esta forma, este segmento de mercado, compuesto por los vehículos exentos del impuesto de matriculación por sus bajas emisiones de CO2, aumentó en once puntos porcentuales su cuota de mercado respecto al ejercicio precedente.
Pero lo datos se mezclaban con la publicidad: «El ministro de Industria, Turismo y Comercio del Gobierno de España, Miguel Sebastián, anunció que el Plan de Ahorro Energético pretende que haya un millón de coches eléctricos en circulación por España para el 2014. España ahorrará entre 5,8 y 6,4 millones de toneladas de petróleo (equivalentes a entre 43 y 47 millones de barriles)».
Y así acababa la información, con el dato del ahorro de la gasolina. Pero a ningún profesional se le ocurrió preguntar al señor ministro en cuánto se incrementará el gasto eléctrico. En este sentido pasó casi desapercibida otra información de fuente ecologista: Un llamamiento para que todos los coches eléctricos vendidos en el mercado de la UE estén equipados con contadores inteligentes, una tecnología que permite que los vehículos sólo se recarguen cuando haya un excedente de electricidad renovable en la red eléctrica.
Para que esto sea posible, la UE deberá también asegurar una mayor oferta de electricidad renovable. Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Transporte de Greenpeace, declaraba al respecto:
«El Gobierno español debe garantizar que, en los planes de fomento del coche eléctrico de la UE, se incluyan medidas que aseguren la introducción de vehículos eléctricos inteligentes, que se recarguen con energía verde a través de una red eléctrica inteligente, de lo contrario, solo aumentaría la demanda de electricidad generada con carbón y nuclear, lo que nos alejaría de un futuro 100% renovable. Los coches eléctricos pueden ser parte del cambio hacia un modelo de transporte más sostenible, pero es fundamental que vaya acompañado de un compromiso sólido para garantizar que funcionan con electricidad renovable”.
O sea que por ahora, y a pesar de publicidad informativa y de las ventas, los que compran un coche eléctrico deberían saber que están haciendo un flaco favor al planeta, aunque no tengan un sucio tubo de escape. Porque hasta que no exista una infraestructura limpia de recarga de baterías, lo del Co2 y tal, es verdad a medias, es decir mentira. Por no hablar del Litio, ese mineral, hasta ahora, asociado tan solo a fármacos estabilizadores del estado de ánimo y que será uno de los metales más buscados por los ejecutivos de la minería, dado que resulta imprescindible para construir las baterías de los coches híbridos y eléctricos. Solo espero que no haya guerras ni saqueos comerciales en aras de la ecología.