Ahora resulta que Cervantes conquistó América con su estelada junto al canguro catalán que se había llevado desde Australia

Tal y como está el patio  de Monipodio descrito por Cervantes en Rinconete y Cortadillo, deberíamos todos ya asumir que su vida, la de los nacionalistas, se basa en la guerra, al igual que pasa con todas las ideologías agresivas: nacionalismo, islam, comunismo… Y en ese bélico estado mental los nacionalistas trabajan a fondo y sin descanso la propaganda psicológica, la publicidad subliminal y las groserías del calibre treinta y tres para amoldar la historia a sus sueños iluminados e independentistas. Ahora resulta que Cervantes conquistó América con su estelada junto al canguro catalán que se había llevado desde Australia y al que llamaba cariñosamente  «Jordi l’estimat» y que su obra «El Quijote» la escribió en catalán.

Una vez conocí a un hombre capaz de explicar y defender el exterminio judío de los nazis. Después de una investigación periodística sobre los nazis en España toqué un timbre en compañía de mi compañero cámara Manuel Ovalle y salió a abrir un alemán avejentado pero todavía en forma. No nos dejó entrar a su casa y negó todas mis preguntas con cordialidad. Cuando nos fuimos de allí y visionamos el material qrabado, alucinamos  con el detalle que la imagen resaltaba. El fascista llevaba al cuello, colgado de una gruesa cadena de plata, la cruz de hierro con que Adolf Hitler condecoraba a sus valientes.

Lo recuerdo esta mañana ocupado como estoy con el problema catalán, el gran quebradero de cabeza que hoy sufre España, mucho mas grave a mi juicio que la polémica sobre Gibraltar y hasta la hedionda corrupción que respiran los casos de Barcenas  en el PP y los ERE,s andaluces del PSOE.

Y alucino con las explicaciones mentales que subyacen tras las frases hechas del derecho a decidir y España nos roba. O esas  explicaciones  que encuentran algunos progres de salón para amparar las barbaridades históricas que se dictan desde la Barcelona subvencionada o ese simple folleto  de propaganda turística que tiene colgado en la red Catalonia Tours.cat. Unas páginas que no tienen explicación ni justificación racional y mucho menos histórica. La locura de la propaganda ideológica  elevada al ámbito comercial que, si acaso, lo que muestra es  la posible proyección que intuyen los independentistas catalanes en el negocio turístico de su locura.

Quizás muchos esperan que los regidores de ese nuevo país les regalen el día de la soñada independencia un colgantito para el cuello como condecoración por su valentía independentista.