«Cayo Lara hizo el sábado una afirmación impresionante: «El derecho de sangre no puede estar por encima del derecho de los ciudadanos». Tiene su mérito encadenar dos tonterías en 13 palabras. El derecho de sangre (ius sanguinis) y su alternativa (ius solis) nada tienen que ver con el carácter hereditario de la Corona (art. 57 del la Constitución). El derecho de sangre que cita erróneamente Cayo Lara es el derecho a la ciudadanía de los descendientes de españoles aunque hayan nacido en el extranjero. El derecho de sangre es una metáfora para Cayo Lara, como la República.
Cayo Lara y sus epígonos no aciertan a distinguir la forma de Estado y la naturaleza del régimen, democracia o dictadura, compatibles ambas con formas de Estado monárquicas o republicanas. La única respuesta razonable a la vana pregunta de si Monarquía o República es: qué Monarquía y qué República. La República Italiana mucho mejor que la Monarquía de Arabia Saudí. Monarquía sueca mejor que República de Albania».
Rafael Gómez de Marcos
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