Es la primera vez que vemos una huelga europea, secundada con igual éxito en Madrid, Londres, Paris o Barcelona. Los taxistas demostraron ayer su poder de convocatoria, su engrasada organización y la lealtad al oficio que les da de comer.
La paradoja es que esa coordinada jornada de lucha contra la plataforma tecnológica Uber, una aplicación informática que facilita las alternativas de transporte de pasajeros y todavía no se adapta a las mismas exigencias legales por las que ellos cotizan, ha supuesto la irrupción definitiva en el mercado de la nueva «app» de origen californiano. Vamos, que que si ayer, el día de la huelga, la empresa informática hubiera cotizado en bolsa el valor de sus acciones se habría, cuando menos, multiplicado por cerca de mil, que es la cifra de nuevos usuarios europeos que ayer se bajaron el invento a sus flamantes móviles.
Y todavía no existe en el mundo una agencia de publicidad capaz de obtener tan flamantes resultados de reconocimiento de marca y demanda del producto, en un solo día. No existe´, claro está, sin contar con las directrices de los poderosos «lobbies» que regentan en Bruselas los mejores edificios comerciales.
Que poderío y qué manipulacción !!!