En la casa familiar mis padres no eran creyentes. Yo tampoco lo soy… Y eso que mi padre me llevó a un colegio Católico, con el fin de que tuviera unos valores morales y culturales a la altura requerida en cualquier sociedad occidental.
No me arrepiento de haber pasado once años allí. Es mas, creo que gran parte de lo que he conseguido en la vida se lo debo a aquel colegio. Durante mi primera infancia no vivía en España, debido a la profesión de mi padre, por lo que, hasta los 11 años no conocí mi Patria, ahora tan denostada por muchos. Mi país era tan solo un ente en la memoria y una silueta en los mapas. En esencia, lo que mis padres me contaban y aquellos veranos inolvidables, que pasábamos en la estación del Espinar… Nada mas y nada menos.