El opositor venezolano Capriles declaraba ayer al tiempo que Zapatero y Maduro posaban para la posteridad que su temor es que Maduro se vuelva loco y haga ahora una barbaridad.
Y la frase tiene sentido ante las elecciones de hoy y después de esa cara de satisfacción y solidaridad ante el susurro secreto del contador de nubes en su nuevo papel de «observador» del proceso electoral venezolano en vez del que nos tiene aquí acostumbrados.