Hoy he visto el vídeo de unas mujeres sirias quemando un burka, tras ser liberadas de los yihadistas. Ese gesto tan esclarecedor, la alegría y felicidad que mostraban, me ha parecido un choque brutal contra la realidad que nos venden las feministas occidentales. Las que defienden que el burka es bueno y que lo visten por voluntad propia. ( Más bien «voluntad influida y resignada» lo denominaría yo)
A propósito de Podemos, el feminismo y el derecho de pernada, por Paula Janer. Así nos va
