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(XXXVII) De la insoportable vecindad con los nuevos ladrones de la paz, la convivencia y la propiedad privada

En Valencia acción pancatalanista
La estatua de Manolo Montoliu en Valencia

 

«Es el gran ataque a la propiedad privada, ya se real o forme parte de la ideología marxista populista  que está de moda»

 

 

Conozco personalmente a unos cuantos podemitas que se enervan al mencionarles la relación de su nuevo partido con el terror, los bildu-etarras, la violencia, esa Venezuela que en una semana cerró treinta y cuatro emisoras de radio contrarias a la política del populista  Chávez o la dictadura teocrática de Teherán. Es decir que nada de la totalitaria concepción ideológica de Podemos, ni tan siquiera el mas ligero atisbo que se podría plantear, por ejemplo, al conocer el gasto público que han originado los ayuntamientos que gestionan en enchufar a los suyos, les hace apartar su mirada de las proclamas basadas en la urgencia social y el bonito lema de la «nueva política». Ellos forman ya parte de la secta y alumbran, sencillamente, un buen y cómodo puesto de trabajo público para ese pariente que está en el paro. O un buen plus mensual por afinidad ideológica o servicios prestados.

Veo hoy unos boquerones del Cantábrico magníficos en la pescadería de Manuel y pido la vez. Me la da Mateo, al que conozco desde toda la vida, un funcionario con estudios que medró, y mucho, con el PSOE, al principio del primer gobierno de Zapatero. Mateo, todo vestidito de progre, incluida pañoleta palestina al cuello, disfruta de una buena soldada mensual además de dos casas en propiedad, una de ellas en la costa que once meses al año permanece vacía. Y aquí, en el tema de la segunda vivienda, balbucea al contestar a mi pregunta. ¿Y que harías tu vecino sí como dice la alcaldesa de Madrid, a la que le parece «lamentable» que haya detenciones por «una actitud pacífica como es una actitud de «okupación», te ocuparan tu apartamento de la playa?

Ortiz, en el centro tras limpiar la estatua de Montoliu.Foto de Eduardo Osca
Ortiz, en el centro tras limpiar la estatua de Montoliu.Foto de Eduardo Osca

Es el gran ataque a la propiedad privada, ya se real o forme parte de la ideología marxista populista  que está de moda. Un pensamiento débil cosido con proclamas sobre el bien común y ese pacifismo universitario verdadero puré sectario en el que comparten posverdades los animalistas y en el que paradójicamente, caben las amenazas, los escraches contra los que no piensan igual, o los atentados contra el patrimonio y la cultura como el que realizaron los pancatalanistas el 23 de Marzo del 2017 en la estatua homenaje al torero y banderillero Manolo Mntoliu.  y que recoge la foto de la cabecera.

La estatua estuvo manchada de pintura cinco largos meses porque el Ayuntamiento de Valencia no la limpió. Una simple, intolerante y guarra decisión política que resolvió en una noche, la del 9 de agosto, el abogado valenciano José Luis Ortiz, junto con dos amigos, con aguarras y cepillos. El abogado tras su trabajo declaró al periódico «Las Provinvias»:  «La veía casi todos los días porque trabajo en el centro y no podía seguir así más tiempo y me consta que muchos aficionados han llamado al 010, así como la Asociación de Amigos de Manolo Montoliu, para que se limpiara la estatua. Si no lo ha hecho el Ayuntamiento es porque no les ha dado la gana».

En definitiva tenemos ya cerca de nuestras casas a unos nuevos ladrones de  la convivencia y la propiedad privada con la boca llena de chillidos y una infinitud de conceptos mal digeridos entre los que, y desgraciadamente, no conjugan el de la paz, el respeto ni la tolerancia.