¿Quién le hizo a Pedro la tesis doctoral? Ante la verdad que surja de repente el pobre Pedro, los viajes al inodoro menudea
El felón Pedro, los viajes al inodoro de la Moncloa menudea: Prefiere el Falcon

www.lapaseata.net
¿Quién le hizo a Pedro la tesis doctoral? Ante la verdad que surja de repente el pobre Pedro, los viajes al inodoro menudea
España sin Gobierno y los Socialistas dándolo todo: Qué horror y qué espanto
Hay veces que me siento vigilado y casi perseguido, no por la policía del estado, sino por la policía del pensamiento y la coacción del miedo a ser denunciado
Hoy 25 de agosto es el Día de la liberación de París. Los españoles de la nueve, una compañía mítica en la historia de la segunda Guerra Mundial, fueron los héroes olvidados, los primeros en llegar hasta el Ayuntamiento que ya había sido tomado por la Resistencia. Escribo en su honor y gloria este humilde homenaje.
En la portada del «Libération» del 25 de Agosto de 1944, muchos errores y comprensibles en tiempos de guerra, de vida y de muerte: No fue El Capitán Dronne, y no Bronne, quien llegó primero a París. En la foto, a la derecha, aparece su teniente, el valenciano Bernall, que fue homenajeado por Bidault, el responsable de la Resistencia, al llegar con sus semiorugas, el Guadalajara, el Madrid y el España Cañí, hasta el Ayuntamiento de París a las nueve de la noche del 24 de Agosto de 1944.
Desde aquel día los franceses llaman a aquella compañía como “la nueve”, en español. El Capitán Dronne lideraba a unos ciento ochenta hombres de los que mas de 150 eran españoles, curtidos por la República en la Guerra Civil española y en las duras batallas del desierto contra los tanques alemanes del general Rommel. Habían bautizado a sus carros de combate con nombres como el España Cañí, el Guadalajara, el Madrid, el Santander y con fama de indisciplinados con el uniforme y las ordenanzas militares, estaban considerados como valientes veteranos y expertos en la lucha anti tanque y en el frente a frente.
A las siete y media de la tarde Dronne divide la compañía en dos secciones. Una la dirige él, la otra el teniente valenciano Amado Granell. Y es precisamente la columna del Teniente español a bordo del semi oruga Guadalajara la que entra sobre las nueve de la noche en el Ayuntamiento Parisino. Desde allí se comunica con su capitán y le pide refuerzos que no llegarán hasta la mañana del día 25, el día oficial de la liberación de París. Los historiadores y cronistas escriben que durante toda la noche el extorero Martín Bernal, Luis Royo, “Fernandel”, “El gitano”, el granadino Gualda, y muchos otros anónimos héroes, estuvieron hablando, comiendo, riendo, con los miembros de la resistencia y no pararon de cantar, sobre todo el “Ay, Carmela”.
En el desfile oficial para homenajear la victoria, La nueve participa en el lugar de honor que corresponde a la cabecera que protagoniza el propio general De Gaulle. Pero a partir de aquí, la alta política de la “grandeur” francesa que necesita el mensaje nítido de que París ha sido liberado por todos los franceses, hace diluirse la gesta de los españoles de “la nueve” hasta casi el anonimato. Y su gesta queda para la historia como una de las pocas batallas románticas de la Segunda Guerra Mundial. Porque después de descansar unos días en el Bois de Bologne, donde muchos se enamoraron de las agradecidas parisinas que les visitaban con regalos y suculentos quesos y patés, emprendieron camino hacia la leyenda. Fueron ellos, los españoles, los que también llegaron los primeros al Nido del Águila de Hitler pero en esta ocasión fueron los americanos los que les retiraron de la foto oficial que significaba el final de la guerra. Los franceses tienen una pequeña frase para el concepto de la alta política: “Es el interés superior”.
No cabe un gorrón más. Hay que sanear la fiesta de la democracia de estas bacterias peligrosas