
«Hay veces que me siento vigilado y casi perseguido, no por la policía del estado, sino por la policía del pensamiento y la coacción del miedo a ser denunciado»
Fíjate tú. Dicen que en la época de Franco existía un estado policial. Hasta cierto punto esto era lógico tratándose de una dictadura. También es verdad que yo que era un adolescente e incluso, durante un tiempo un joven de veinte años, nunca me sentí perseguido ni vigilado por esa policía tan política que ahora nos venden. Te podías emborrachar y hasta pasarte tres pueblos, lo máximo que pasabas era la noche en comisaría y punto, vamos si no eras un delincuente buscado por un delito penal. Pero ahora, a mis casi sesenta y cinco años, hay veces que me siento vigilado y casi perseguido, no por la policía del estado, sino por la policía del pensamiento y la coacción del miedo a ser denunciado por los papanatas de la política corrección.
Oigo en las noticias, creo que de Antena tres, cadena independiente de Damasco, donde las haya… quizás sea, y esto es verdad, la más independiente de las televisiones actuales, y perdónenme esta afirmación sin base, si eliminamos Trece Tv e Intereconomía, que se podrá denunciar a quién haga fotos en las playas para evitar que se fotografíen niños con propósitos de pederastia.
«¿Quién es el responsable de decidir si un camarógrafo tiene intenciones lícitas o no en este asunto?»
Hasta aquí me parece algo normal, hay que defender a la infancia de depredadores. Por otra parte me pregunto ¿quién es el responsable de decidir si un camarógrafo tiene intenciones lícitas o no en este asunto? Yo he pasado toda mi vida llevando mi cámara de fotos, no móvil ni estupideces semejantes, a la playa. Esto debe de significar que soy un depredador sexual de niños indefensos o por lo menos un sospechoso al que la gente bien pensante, como decía George Brassens del Teatro Nacional Popular en Francia, tildará de algo raro. Y sí, raro si que soy, pero no sexualmente, porque les puedo asegurar que donde estén mujeres de entre dieciocho a sesenta años y de buen ver allí estaré yo posando mis ojos.
Es verdad también que las mujeres de una edad inferior a cuarenta y cinco años no me harán ni puñetero caso, para ellas ya estoy bastante ajado. Bueno para casi todas nunca he dejado de estarlo, no soy un prototipo empotrador que dicen, ni un Madelman reportero. Yo más bien creo que uno está o empieza a estar ajado el día en que deja de interesarse por los temas que siempre le han gustado. Para mí hacer fotos es una aficción y un placer que practico desde que tenía veinte años.
Mi cámara me suele acompañar en cada salida de excursión a todas partes, incluidas la montaña y la playa. Mi interés en una playa puede de repente recaer en un cangrejo, como en la propia textura de la arena, mis zapatillas de agua al atardecer con su alargada sombre sobre la arena cercana, o la toalla de mi vecina que contrasta con vivos colores sobre la arena en una esquina. También me llaman la atención fotográficamente los que hacen surf y no porque sea invertido, también las que lo hacen y no por ser hembras sino porque es estético.
Me gustan las siluetas a contraluz de la gente en la playa, las olas batiendo contra los valientes saltadores del mar que luchan en los rompientes playeros. Los niños y niñas que juegan con sus cubos, palas, pelotas, la arena o cualquier otra cosa también me gustan como objeto de foto. Se hacen fotos tiernas, de absoluta inocencia a veces hasta graciosas. Pero no, señoras y señores, a partir de ahora por real decreto de la policía dictatorial de lo políticamente correcto esto está mal visto. Tipo con cámara en la playa, depredador sexual de niños seguro.
«La policía del pensamiento ahora es inmensa por el lavado de cerebro al que se ha sometido a la población»
Para la policía del pensamiento, que ahora es inmensa por el lavado de cerebro al que se ha sometido a la población, y debido a la falta de interés por el estudio y la lectura, las motivaciones de los demás solo son las que ellos consideran, las reales, las que motivan a los seres humanos, variadas como tantos hay, esas no son tenidas en cuenta porque la cerrilidad de las mentes cuadriculadas y planas, dicen que no que las motivaciones artísticas en las playas no existen que eso es de raros de cojones. Sobre todo teniendo en cuenta que los que hacen fotos con el móvil en la playa, no suelen tener ni puñetera idea de lo que es hacer una foto. Por sus narices ya te han prejuzgado en tus intenciones, así, sin más. ¿No son estas personas policías represores de una dictadura peor que la Franquista?, a mi me parece que sí.
Es que ustedes perdónenme pero en la actualidad vivimos en la peor de las dictaduras, en esa en que eres culpable a priori y tienes que demostrar tu inocencia, las que crea el pensamiento único generalmente de izquierdas, aunque también gilipollas, de gente que o está poco informada o poco educada y suele confundir churras con merinas. Si solo fuera en este tema tendría un pase, pero lo malo es que trasciende los ámbitos pueriles, se atasca en camisas de once varas, que entre otras cosas abarcan su única y en muchas ocasiones falsa verdad.
Pues por mi que les vayan dando, para lo que me queda me niego a perder la libertad es lo único que me gané con veinte años, votando una Constitución, buena, mala o mediopensionista, pero la única que tenemos y lleva en vigor cuarenta años. Les aseguro que antes del setenta y ocho existía un estado policial, curioso ¿verdad?. Pero no consientan que otro tipo de Estado opresivo les coma la moral, si pudimos salir de un estado dictatorial por las buenas, podremos salir de otro aunque sea por las malas. Pero eso sí, dicen que en la época de Franco existía un estado policial. Fíjate tú.
Me identifico mucho con el contenido de esta publicación. Enhorabuena Rodolfo. I
Gracias Salvador Hernández.