
“El Sr. Rey mejora con los años. Justo, equilibrado, en su sitio, aprovechando los medios a su alcance y además no le sobró ni faltó nada”
Domingo, toca bajar todos los restos orgánicos e inorgánicos, transgénicos y renovables, biodegradables y en estado cristalino, plastificados y aceitosos y por supuesto los restos de los envoltorios de los polvorones que fue capaz de tragar el gordo de Laponia en sus labores noctambulas…
-Sra. Remedios, ¡Feliz Navidad!
-Hola majo, igualmente. Cómo vas, pareces el hombre del saco…
-Ja, ja, ja… a tomar por saco nunca mejor dicho. A los contenedores de la basura a evacuar…
-No escuché ruido, ¿estuvisteis en casa?
-Sí claro, dónde mejor con la que está cayendo…
-¿Qué tal ustedes?
-Solos también, mi Rey estuvo magnifico.
-Sí, sí; cuestión de gustos…
-Que va, que va; mejora con los años. Justo, equilibrado, en su sitio, aprovechando los medios a su alcance y además no le sobró ni faltó nada.
-¡Por Dios! Sra. Remedios que efusividad monárquica…
-¿Qué?
-Que vaya pasión por el Rey…
-Hombre si después de cincuenta y ocho años no la tengo yo, ya me dirás quién la va a tener…
-Me temo que no la termino de entender, será el trasnocheo…
-A ver, vecino; justo con la sal, equilibrado con el brandy y con las especias para el asado de cabrito, aprovechando la vitrocerámica a medio gas porque tengo dos fuegos rotos y el horno a medias, y apenas sobró nada teniendo en cuenta que este año cocinaba para dos en vez de para diez como todos los años…
-Ah… ¿pero qué cocinó su marido?
-Claro hombre… ¿no sabías que fue cocinero en el Intercontinental desde los veinte años hasta que se jubiló?
-No sabía nada, usted perdone, ¡Vaya notición!
-Claro, por eso lo decía…
-Qué bien…
Vuelvo del recado y por curiosidad, miro el buzón. 6ºB Don Marcelino Rey Satrústegui y Doña Remedios Gil Martínez…
-¿Qué andas husmeando Raskayú?
-¡Jo, doña Marisa! Que susto me ha dado…
-¿Que, qué buscas?
-¿Sabía usted que el del sexto fue cocinero?
-¿Quién, Marce?
-Sí, el mismo…
-Sí claro.
-¿Y que se apellida Rey?
-¿Tú eres tonto o qué, no lo pone en su buzón? Lo que yo te digo. “Albardao”, tira para arriba y súbeme las bolsas…
¡Vamos!
27 de diciembre, Santa Nicerata.