
“Antaño, era cosa casi de milagro alumbrar una nueva vida. Hogaño abortamos y la sociedad se queda tan tranquila”
Parricidios, fratricidios, filicidios.
Uxoricidios, magnicidios. Suicidios.
Y actos abortivos, a millares, ¡todos los días!
Mudan los tiempos.
Pero los derramamientos
de sangre se eternizan,
aunque no sean los mismos.
Antaño, era cosa casi de milagro
alumbrar una nueva vida.
Hogaño, abortamos
y la sociedad se queda tan tranquila.
¡Ah; y cómo habrían deseado,
muchos padres, estos hijos nuestros ‘no nacidos’,
y ni aun en ello reparamos!
Simplemente, ‘de encima nos los sacamos’.
¡Hay, oh, sí, tantas formas ‘ignoradas’
de comportarnos como asesinos…!