Creo que se equivoca el Rey Felipe VI, o sus asesores, si interpretan que el apoyo publico es únicamente a la figura de Don Juan Carlos.
Del popular apoyo a la Monarquía y la manipulación de los medios. Por Anna Castells

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Creo que se equivoca el Rey Felipe VI, o sus asesores, si interpretan que el apoyo publico es únicamente a la figura de Don Juan Carlos.
¿Cómo era aquello del partido más corrupto de Europa? Lean el abreviado curriculum de dos socialistas condenados por la Justicia.
Vivimos en un mundo virtual, de realidades, ensoñaciones, músicas y demás zarandajas creadas por interesados para distraer al pueblo.
Los “iluminados” del separatismo andaluz, a los que, al contrario de Cataluña y País Vasco, apenas nadie siguió, alegaban que la supuesta raza árabe de los andaluces había creado un idílico paraíso andalusí
El talante característico de los españoles se traduce en el arte de aparentar, hacer ver lo que el sujeto no es y, quizá, querría ser.
Hoy se encontrarán padre e hijo, dos estilos de reinar. Uno campechano, y el otro distante, temeroso y frío. El gobierno no los traga.
Se avecina una campaña más que divertida, con pocas probabilidades de que prospere el anulamiento del empadronamiento en Salobreña.
El Rey es bienvenido, es la única persona de alcurnia que, junto a muy pocos más, tiene el derecho de ser bien recibido en su país.
Las criaturas buscan su infierno y lo adoran. La prohibición no sirve para nada. Tan solo para esconder el problema, que es del mundo entero.
Isabel Díaz Ayuso los tiene calados: Sánchez, Barroso, Contreras & Ferreras y las grabaciones extrajudiciales, que no están en las causas.
Toda su estrategia se basa en conseguir que no pensemos y menos actuemos, que desaparezca de nosotros la conciencia crítica, quieren convertirnos en rumiantes
Déficit desbocado, inflación exagerada, gasto no productivo por las nubes, crecimiento menguante y gobierno de incapaces. Se acaba la fiesta.
El hecho es que los españoles nos encontramos en los amenes de un ciclo político con el actual gobierno fijo discontinuo.
La marranada es el sueldo que cobramos, las gilipolleces del gobierno y la moda esa de situar en altos cargos a gente realmente desequilibrada.