¡MUY BUENOS DÍAS!
Hoy, jueves, os presentamos una obra de un artista que será perdurable en el tiempo y del que sus escenas costumbristas románticas nos trasladarán a lugares donde uno se pregunta ¿Podría estar allí?
Sus obras retratan una forma de vida rural, con gran maestría y realismo. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania. Viajó a Francia y se familiarizó con Renoir, Sisley y Monet. Estalló la guerra civil en Estados Unidos, se alistó al Ejército de la Unión y al finalizar la guerra, volvió a París para terminar sus estudios en pintura. En 1870 se trasladó a Filadelfia, donde conoce a la que fue su mujer Rebecca Morris y cuando tuvo una estabilidad económica gracias a sus trabajos de pintura, decidieron volver a Francia, para pasar el resto de sus vidas.
Recordaros que hoy, cuento con la colaboración de José Antonio Marín Ayala. Espero que os guste.
Daniel Ridgway Knight. Filadelfia (Pensylvania) 1839- París 1924. Paisajismo, pintura de género. Realismo.

“Chica bretona pescando” Por José Antonio Marín Ayala
Linda y pícara muchacha rural
que con esa falda hecha jirones
y llena de suciedad
atenta a los peces del río
acechando estás,
¿qué clase de hechizo letal
procuras a tus presas
con ese arte de pescar
que a tus pies quieren reposar?
¿Será acaso tu tierna mirada sensual
la que los tiende a embrujar?
¿O es que el agua desean abandonar
cuan sirenita temeraria
para en tu regazo estar?
Ah, bella pescadora mortal
que entre las flores silvestres
de la tarde otoñal
te mimetizas bajo la luz crepuscular,
¡quién pudiera ser pececillo
para en tus manos dejarse cuidar,
y sentir tus tiernos labios,
aun cuando sea para ti un manjar!
“Chica bretona pescando” Por Mila Soyyo
Al otro lado del río, distingo a varias personas
una parece que observa, las otras, lavando ropa.
El cielo es tan suave, aunque quizás haya niebla
esa que queda a lo lejos, vamos a ver que interesa.
Una joven, con su caña está pescando
con paciencia echa su anzuelo y se ve que tiene presas
en el suelo, entre la hierba,
los peces se encuentran, en casa, ya tienen cena.
Es una escena, tan bonita, tan bella,
en la que no le falta un detalle,
las ropas de antaño que ya están viejas,
sucias del trabajo, campesina ella, sol asomando,
ilumina su rostro, colores hermosos…
No me diréis que no os sentís embriagados al respirar en el lugar,
el aire, las flores, el musgo, el agua que atrapa, con intensidad y belleza.
¿Vamos al lugar? Ella nos espera.
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Desde aquí, la Paseata os desea un ¡Feliz jueves!
MMB