
«Antonio viaja en AVE con las cámaras de frente y además en turista para el documental de Netflix… Ufff qué ganas de botarle»
Está claro que don Narciso aún no acaba de entender
que, para que uno consiga ‘hacerse de votar’,
requiere, asimismo, un poco de ‘hacerse de querer’,
tirando de un pelín de empatía y de la mejor voluntad.
Ignora que ‘el pueblo llano’ no es esa militancia
que, zafia y servil, avalara su Secretaría General:
cuando finalmente se harta de tanta mangancia,
sabe corregir su voto, castigando la triste arrogancia
de quien, siendo presidente, exige trono y corona real.
El mismo que de indigno tratara, en su día, al Gobierno de Rajoy,
en un puro lodazal de fatua indignidad le vemos hundido hoy.
Y nada como la soberbia de sus gobernantes lleva ‘el pueblo llano’ tan mal.