¡MUY BUENOS DÍAS!
Abrimos la mañana de hoy jueves de una forma especial, distinta a como se hace habitualmente. Sabéis que este día cuento con la colaboración de un lector.
En el día de hoy, cuento con una mujer. Su nombre es Palmira, no puedo añadir más, pero sí debo deciros que en la red social de twitter su cuenta es: @g_palmira
He de decir que tenéis un miedo a expresar lo que veis y deberíais evitarlo, ya que personalmente pienso que sois increíblemente fascinantes. No soy exagerada, ya que podréis hacerlo mejor o peor, pero sacáis lo que quizás no hicieseis en vuestra vida cotidiana y es la expresión de un sentimiento. Palmira… Imagínate que estoy aplaudiéndote -suenan aplausos- ¡Gracias!.
Del artista tengo que deciros que de niño le diagnosticaron una enfermedad ocular degenerativa “Stargardt”, que lo ha dejado legalmente ciego.
A la edad de 15 años comenzó a pintar, desarrollando su habilidad artística mientras asistía a la Universidad de Minnesota, graduándose con una Licenciatura en Bellas Artes de arte comercial en 1985.
Sabe de sus limitaciones mas no se rinde ni se queda atascado compadeciéndose e intenta superarlo. Utiliza un teléfono inteligente que le dice cuando están enfocadas las fotos que toma para las escenas que pintará y usa una lupa para plasmar con detalle cada una de sus pinturas.
Jim Hansel. Chaska (Minnesota) 1960. Pintor. Paisajes, vida silvestre, naturaleza. Óleo.

“Esplendor de la tarde” Por Palmira
La pintura transmite silencio, recogimiento, soledad…
hasta las aves levantan el vuelo.
La tarde después de un estallido de color, languidece
y el silencio, de forma momentánea, cae sobre la laguna.
Los árboles secos y los tocones dan un aspecto
perturbador al paisaje, casi fantasmagórico.
Poco a poco la noche se va adueñando de la escena y la vida,
que parece haberse suspendido por un momento
renacerá de nuevo con los sonidos de los seres nocturnos
que pueblan la laguna y su entorno.
“Esplendor de la tarde” Por Mila Soyyo
Tras ese bosque cautivo de tan intensa belleza
el sol se esconde, se desvanece, deja paso a la tibieza
árboles cuyo tronco, han perdido la grandeza
y sus hojas se marcharon, el invierno les acecha.
Los gansos buscan el calor, comida que no les llega
tienen que emprender el vuelo, emigrar a otra tierra
y sin embargo el paisaje, me dice y me lo muestra
es un lugar tan hermoso y volverán con más fuerza.
El pintor quiso expresar el poder de la entereza, en sus obras la refleja.
***
Y ya finalizo, no sin antes dar las gracias a Palmira por haber aceptado este reto. Agradecer también a Manuel Artero editor de “La Paseata”, porque gracias a él, esto es posible.
Desde esta, vuestra revista digital La Paseata, os deseamos que paséis un… ¡Maravilloso jueves!
MMB