Las vacaciones no se negocian. Por Francisco Gómez Valencia

Las vacaciones no se negocian.

«Un altísimo porcentaje de españoles, a estas alturas del año financiero, ya no son dueños de lo que se van a gastar en vacaciones, eventos y celebraciones»

El 72% de los españoles encuestados ve malas perspectivas económicas debido a la guerra, la pandemia y la inflación al 10,2%, pero un 74% de incautos se muestran positivos ante la vida. Salir de vacaciones y volver a celebrar eventos vitales es «impepinable». Este comportamiento quizá descerebrado, lo recoge el último informe de Kantar Insights, ‘Global Issues Barometer’del cual extraigo algunos “items” para hablar de nosotros.

Solamente al 38% de los consumidores encuestados en España les importa el COVID-19, mientras que la mitad dice que no duerme por la inflación. En cuanto a la guerra en Ucrania, hasta un 87% de españoles se muestra preocupados, lo cual demuestra que nos distraemos con el aleteo de una mariposa mientras nos aplastan un pie con la apisonadora social-comunista. Nos situamos (de 18 países analizados), como el país más preocupado solo superado por Polonia, que tiene frontera directa y un pasado horrible con Rusia, además de estarse comiendo el marrón lo cual confirma: que somos un país de moñas.

Salimos «más fuertes» de la pandemia, y del tirón entramos en la inflación, por eso un 68% de consumidores encuestados dicen que los precios están subiendo bestialmente, siendo su percepción mayor que en otros países como Alemania, Francia o Reino Unido.

Sin embargo la reacción del español es fija discontinua y lo asumimos así como de refilón: creyendo a María Jesús Montero y a Nadia Calviño a golpe de titulares falsos. Nos dijeron que seria cosa de dos telediarios y que siguiéramos gastando, pero la invasión de Ucrania las ha dejado como «Cagancho» y a los pardillos españoles en un momento coyuntural muy delicado, pues en un altísimo porcentaje a estas alturas del año financiero, ya no son dueños de lo que se van a gastar en vacaciones, eventos y celebraciones.

A partir de septiembre, con la vuelta al colegio y el fin de las vacaciones, veremos cómo el españolito de morro fino, ración y chiringuito bajará el ritmo y veremos que lecciones saca de la parte de la crisis pre-veraniega a la que no prestó demasiada atención.

De momento, son más los que creen que su situación es buena ya que las preguntas trampa así lo demuestran. De hecho un 61%, todavía no están tomando medidas controlando el gasto. Del total: el 69% de momento pueden hacer frente a las facturas y un 85%, a básicos como alimentación estando de ello al corriente la titular de Hacienda y el autócrata.

Evolución del IPC

No ocurre lo mismo con los gastos que implican a medio o largo plazo grandes desembolsos (lo cual al Gobierno les da lo mismo porque ya no estarán). Por ejemplo el 55% dice que no puede cambiar de coche (y digo yo que menos si además es eléctrico), y un 31% aunque dice que si puede de boquilla, va a ser que no.

Concretando: cuatro de cada diez se va a gastar menos; y una tercera parte del total cambiará de hábitos es decir, que quieren y no pueden. Pensar en gastar menos fastidia pero tratan de sentirse mejor creyendo que hacer eso implicará un respiro para sus maltrechas carteras. Hacer menos kilómetros por necesidad por ejemplo, los hace creerse más sostenibles aunque sea en estupidez. Fundirse la poca pasta que ya tienen desde la casilla de salida (como asegura uno de cada cuatro), no hace que olviden los tiempos de bonanza cuando sus niveles de ahorro alcanzados en 2020, con el 15% de renta disponible (según datos del INE), los hacía ser más felices y contaminantes, aunque eso por entonces los importaba menos.

A partir de septiembre con la vuelta al colegio y el fin de las vacaciones, como cada año hablaremos del «tío Paco y las rebajas» aunque ya se lo dijo Sánchez a Ferreras está semana el mismo día que acabó lo de la OTAN “sin paños calientes”: o se frena en seco o el baño de realidad será brutal.

Pues: será brutal porque en España el 35% del personal ya no se informa: bien porque no le interesa lo que le cuentan, o porque no se lo cree o sencillamente porque forma parte del rebaño.

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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