Conversaciones en el andamio: ¿Y Los Reyes? Por Francisco Gómez Valencia

Conversaciones en el andamio ¿Y Los Reyes?

– ¡Hola Cuqui, buenos dias! ¿Nos acercamos a ver la cabalgata esta tarde y así nos miramos algo de ultima hora?

– ¡Pero reina mora si fue ayer! ¿Tú en qué mundo vives?

– ¡Ah! Así decía yo que para qué estará desmontando tan pronto Anselmo el árbol… ¿pero cómo es así de raro?

– ¿Pero no os han traído nada los Reyes?

– No, y eso que hicimos el pedido por Amazon…

– Habrá atasco, como van a despedir a un montón de trabajadores estarán de huelga o algo así, tú no te preocupes… ¿Y a los niños tampoco nada?

– No, pero bueno da igual, están en Nueva York ¿No te acuerdas que te conté el otro día que se iban? Así que no hay problema, hay tiempo… ¡Uff! ¿Y ahora qué hago yo con mi contrario?

– Finge ponerte mala…

– Pues igual si…

– No creo que a tu Anselmo le moleste, hay fútbol…

– ¿Hoy viernes?

– ¡Si! Ahora a las 12:30 y por la noche creo que a las nueve…

– ¡Ah! Pues entonces ni me molesto, mi churri es un cacho pan sin ojos… ¡Cariiii, tienes fútbol ahora en la tele!

– ¡Ya, ya! Ahora el Elche – Celta y esta noche el Valencia – Cádiz. ¡Partidazos!

– ¡Jo cari! ¿y ahora que hago yo todo el día?

– ¡No sé! queda con Cuqui…

Feliz día la Epifanía del señor, de la Adoración de los Reyes Magos y San Melanio (especialmente para “las Cuquis y “los cuquitos” del mundo)

Españistan 06|01|23

Francisco G. Valencia

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid en 1994 por lo tanto, Politólogo de profesión. Colaboro como Analista Político en medios radiofónicos y como Articulista de Opinión Política en diversos medios de prensa digital. De ideología caótica aunque siempre inclinado a la diestra con tintes de católico cultural poco comprometido, siento especialmente como España se descompone ante mis ojos sin poder hacer nada y me rebelo ante mí mismo y me arranco a escribir y a hablar donde puedo y me dejan tratando de explicar de una forma fácil y pragmática porque suceden las cosas y como deberíamos cambiar, para frenar el desastre según lo aprendido históricamente gracias a la Ciencia Política... Aspirante a disidente profesional, incluso displicente y apático a veces ante la perfección demostrada por los demás. Ausente de empatía con la mala educación y la incultura mediática premeditada como forma de ejercer el poder, ante la cual práctico la pedagogía inductiva, en vez de el convencimiento deductivo para llegar al meollo del asunto, que es simple y llanamente hacer que no nos demos cuenta de nuestra absoluta idiotez, mientras que la aceptamos con resignación.

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