La revolución de la esperanza. Por Jorge H. Mollar

La revolución de la esperanza. Foto, Madridiario.

«Para esta nueva ola socialprogresista, le ley y  la Constitución son fácilmente superables, porque definen la realidad como una construcción subjetiva y social. España será lo que ellos crean y decidan, no lo que realmente es…»

 

Acabamos de cruzar la frontera de un nuevo año. El pasado forma parte ya de nuestra historia personal para lo bueno y para lo malo. Pero no está de más reflexionar sobre los hechos acontecidos, tratar de entenderlos y encarar el nuevo año con un espíritu renovado para luchar y no dejarse vencer por los acontecimientos indeseados que a veces nos sobrevienen de una forma inesperada.

 

A través de los medios de comunicación, el mundo entero ha sido testigo de la sobrecogedora ceremonia de la celebración eucarística en el Vaticano con ocasión de las exequias del Papa emérito, Benedicto XVI. Ya se ha dicho prácticamente todo sobre su vida y su obra. Pero su fallecimiento nos ha dejado dos últimas enseñanzas: la humildad con la que ha vivido hasta que la muerte le ha despojado de su vestimenta papal, y la dignidad merecida con la que le se ha despedido de este mundo, al que tanto amó intelectual y espiritualmente.

 

Otro acontecimiento que ha sorprendido a Europa ha sido la guerra en Ucrania. Esta confrontación bélica ha sacado a la luz una de las antiguas disputas nacionalistas que el comunismo soviético tenía amordazado y que su agente Putin ha desenterrado desde su desenfreno imperialista. Una guerra cruel, que al más puro estilo medieval, destroza vidas humanas inocentes, siembra destrucción de pueblos y ciudades y está originando una grave crisis económica y energética en Europa. Pero se advierte una peligrosa escalada armamentística y escasos deseos de acabar con este conflicto.

 

En España está nuestra más cercana y próxima preocupación. Todo lo ocurrido en el mes de diciembre ha sido de una gravedad tal, que en el escueto espacio de esta columna solo puedo permitirme citar las cuestiones sobre las que en este año electoral estamos obligados a reflexionar. La mayoría “progresista” del TC va a ser la antesala de la apertura de un proceso constituyente como ya anunció en sede parlamentaria el exministro Juan Carlos Campos, uno de los magistrados elegidos para ese cometido.

 

No es menor la inquietud que han despertado las primeras declaraciones de la nueva magistrada María Luisa Segoviano que deja abierta la posibilidad de “estudiar el derecho de autodeterminación” porque según ella es un tema muy complejo y muy técnico. Está claro que para esta nueva ola socialprogresista, la ley y consecuentemente la Constitución es fácilmente superable, porque definen la realidad como una construcción subjetiva y social. España será lo que ellos crean y decidan, no lo que realmente es…

 

¿Es que alguien duda de que este proceso se ha iniciado ya después de haber eliminado del Código Penal el delito de sedición, y haber desnaturalizado la malversación?. Con esta alucinante reforma se ha abierto una puerta, primero en Cataluña y en otras regiones después, para la quiebra de la unidad e integridad territorial del Estado. Resulta también evidente, que desde ese Tribunal van a defender con uñas y dientes, la involución política, ideológica y cultural que han puesto en marcha con todo el paquete legislativo aprobado a lo largo del pasado año .

 

No es ajena a esta revolución la monarquía parlamentaria. Los constantes desprecios al Rey desde el propio gobierno son un mal presagio para la Casa Real. Sin embargo decía Benedicto XVI que “se podría decir que el hombre está vivo mientras espera, mientras en su corazón está viva la esperanza”. Esta es la verdadera revolución, la revolución de la esperanza.

Desde Mi Nube

Jorge H. Mollar

Nací en Melilla. casado y tres hijos, católico. vitalista y optimista. Respetuoso con las personas sin distinción y los derechos humanos Estudié Bachiller en el Colegio La Salle y me licencié en Derecho por la Universidad Complutense Madrid. He sido funcionario del Cuerpo Superior de la Administración de la Seguridad Social y en mi actividad política he desempeñado cargos orgánicos en el Partido Popular y he sido Senador, Diputado a Cortes y Diputado al Parlamento Europeo.En el Senado pertenecía a la Asamblea de la OTAN y en el Congreso desempeñé la portavocía de Sanidad de mi grupo parlamentario, presidiendo la Comisión de Libertades Públicas, Justicia e Interior en el Parlamento Europeo. MI etapa de vida pública, tuve el privilegio de culminarla como Subdelegado del Gobierno en Málaga. Jubilado de la vida administrativa pero continuo muy activo para seguir en la aventura de ser útil y servir a a la sociedad y a España. Por esta razón, entre otras actividades, presido el Comité de Expertos del Partido Popular de Málaga. Soy Consejero además de Centros Familiares de Enseñanza (Grupo Attendis). La direccion de mi blog personal es johermol.es y se llama "Desde mi nube".

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