
«Bien por el juez Llarena, que puso en evidencia las ‘vergüenzas jurídico-políticas’ del sanchismo y bien por el prófugo Puigdemont»
Bien por el juez Llarena, que puso en evidencia
las ‘vergüenzas jurídico-políticas’ del sanchismo.
Bien por el prófugo Puigdemont, que notificó, vía arenga,
su intención de no volver a pisar España en lo que queda d siglo:
-Pienso exclamar «Ja sóc aquí!» justo el día
en que Cataluña proclame su república.
Entretanto, formaré una tropa aguerrida
que nos defienda de España y su gentuza.
(Dicen que Llarena, al verle, sintió envidia
por carecer de su frondosa peluca.
De su parloteo, no dijo ni pizca:
atender a tonterías él no acostumbra.