
«Confiesa, el yayo Biden, que su cabeza ya no es lo que solía y que a menudo olvida ‘papeles secretos’ en cualquier parte»
Confiesa, el yayo Biden, que su cabeza ya no es lo que solía
y que a menudo olvida ‘papeles secretos’ en cualquier parte.
Que se le disculpe, por tanto, a todos humildemente suplica,
que con depauperarse y hacerse viejito, pobrecito, ya tiene él bastante.
-¿Piensa presentarse Ud., pues, señor Presidente, a la reelección?
-Si me funcionan las vitaminas para la memoria
que acaban de recetarme, no le digo yo que no.
Por cierto que no sabría muy bien decirle ahora
dónde carajo el maldito frasco se me olvidó.
(Suele decirse, amigos, que los viejos terminan siendo como niños;
parece ser que también algunos presidentes de Estados Unidos).