Peinetas a una mano para el gobierno de Don Narciso. Por Guirong Fu

Peinetas a una mano para el gobierno de Don Narciso

«Me entero de que las peinetas a una mano y al parecer tampoco a dos no se consideran, en Canadá,  materia alguna de delito»

(1)

En el Gobierno de don Narciso,

como Uds. saben muy bien,

en asuntos que en modo alguno

consideran de su estricto interés,

se les pone, enseguida,

de auténtico paquidermo la piel;

en tanto que en asuntos que creen ellos

perjudican su ‘buen nombre y autoestima’,

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bien que nadie sabría decir por qué,

afectan melindres y una piel muy fina.

Y ya verán Uds. por qué lo digo:

Me entero de que las peinetas a una mano

y al parecer tampoco a dos

no se consideran, en Canadá,

materia alguna de delito.

En EE.UU., sin embargo,

hay gran disparidad de opinión,

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y lo mismo te pegan un multazo,

que te pasas una semana en la trena encerradito.

Bien es cierto que este último caso

se dio por levantarle a un fiscal el dedito

y no le hizo mucha gracia al susodicho.

Si levantas el dedo, en cambio,

aunque lo hagas muy airado, ante tu expareja,

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los jueces tienden a suavizar mucho su sentencia:

-Mejor el dedito arriba, aunque haga maleducado,

que seguir tirándose los platos a la cabeza.

A saber cómo se las gastan

los Sres. magistrados, en España,

ante gesto, por lo demás, tan habitual,

aunque haya quien lo tiene por obsceno;

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pero a mí se me antoja difícil ponerle freno,

y acaso va siendo ya hora de enfrentar,

cara a cara, el bobo temor que te atenaza,

cuando, de hecho, te mueres de ganas

de levantar en todo lo alto… ambos dedos:

¡Aquí van los míos, pues, en obsequio

de los miles de favores recibidos

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de parte de don Narciso… y su infame panda!

Lástima que a alguien le diera por llamarlos dedos ‘corazón’:

habría preferido que ‘garfios ponzoñosos’ se los llamara

y que pudiéramos usarlos, como las abejas, de aguijón!

¡Ná; tranquis: si vienen a apresarme los de La Benemérita,

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les diré que tengo los mejores tratos con Ínfimo-Marlaska:

habida cuenta de la consideración y el aprecio que por ellos muestra,

al instante me habré ganado su simpatía más sincera y elevada!

¡Ah; y con qué envidia vería, gente tan aguerrida, noble y arriscada,

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la enorme satisfacción con la que yo con firmeza

mis deditos corazón bien enhiestos levantaba

‘en honor’ de quien ha de inspirarles, a la fuerza

-aunque les pese-, una cada vez mayor repugnancia:

de parapeto usados, todos ellos, con la vileza

y desvergüenza que exhibe la peor canalla!

guirong fu

Tengo 60 tacos; es decir, una linda juventud... prolongada.
Catalán y ESPAÑOL de Barcelona, en donde ahora vivo feliz,
pues, TENIENDO SALUD, no me falta de nada.
Guirong Fu, en Twitter, decidí hacerme llamar;
y todos saben que es Nietzsche quien puse en mi avatar.
No hay en mí afán de ocultamiento,
pero va con mi talante el anonimato.
De otra suerte, aunque les pusiera mi retrato,
no habrían de reconocerme ustedes un pimiento.
Den todos por bien seguro, sin embargo,
que, siempre que se trate de defender MI DIGNIDAD
y EL HONOR de quienes me honran con su amistad,
no habré de ocultar de mí ni un solo dato.
¿Mis intereses? Los mismos que siempre tuve:
El humanismo, la buena literatura y el ámbito entero de la psicología.
Y aunque en la política no siempre demasiado me entretuve,
los años me han llevado a querer tomarle la medida:
Me duele su arbitrariedad, su falta de sentido común, sus dislates.
Su ambición soez, su arrogancia, su desvergüenza, su hipocresía.
Me indigna que me deslumbre con sus lindos 'escaparates'
y que cuando entramos a 'comprar' no nos dé más que porquería.

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