
«La vuelta al mundo en un dedal (17): Hablaron, ellos, de un ‘Plan para la Paz’, según nos cuentan: Tiemble América… y tiemble Europa»
(a)
El tirano ruso y el déspota de China:
dos enormes cerdos para una misma pocilga.
EL Mal, es lo cierto, en parte alguna descansa;
y así vemos como, la humanidad,
de continuo se desangra.
Y, como remate, no parece
(b)
que el bien más preciado sea ya la libertad…
Llevan razón quienes sostienen que nunca vimos
tantos creyentes -ni tantos crédulos- como ahora.
Pero no es menos cierto que nunca hubo tantos esclavos:
‘Fe’ llamamos al ‘borreguismo’ servil y fanático
de un sinfín de gilipollas
(c)
que a la monstruosa rueda de la noria
dócilmente viven atados,
sometidos al poder… o sumisos a la más banal
y, a veces, hasta criminal ideología…
Y, con el más perfecto engaño,
les han hecho creer
que simplemente con votar cada 4 años
la más alta cota de libertad ya se conseguía.
(d)
Cierto, la ciencia, hoy en día, obra casi milagros:
bien pronto, vivir sólo 100 años nos parecerá una porquería.
Pero la mayoría se hacen los perfectos despistados
para no ver ‘la jaula de oro’ en que transcurre toda su vida.
De otro lado, en un mundo en que los niños de 12 años
(e)
acosan, desprecian, humillan y hasta violan a las niñas,
es fácil que a uno se le ocurra que no parece ser un lugar muy sano,
pese a los múltiples y fenomenales ‘avances democráticos’
y a los prodigios simpar que nos regala la medicina o la tecnología…
(f)
Y todavía hay quien, todo ello, pretende solucionarlo
inventándole 50 nuevos géneros a una humanidad
que, con los 2 de siempre, parecía tener ya demasiados.
Y no: al cabo, El Mal no cabe hallarlo
sólo en los muchos ‘monstruos’ que nos rodean;
que es, Él, experto en enseñorearse

(g)
hasta de los más ínfimos detalles:
El guiño de un ojo. Una mirada turbia. Una mano procaz que se ‘pasea’…
No; no hablo, ahora, de sexo sucio. ¡Más quisiera!
Hablo, amigos, de ese brindis siniestro, ominoso,
que entre 2 ‘Señores del Mal’ vimos anteayer por la tarde:
(h)
Hablaron, ellos, de un ‘Plan para la Paz’, según nos cuentan.
Y si El Diablo habla de paz, ¡aprestémonos para la guerra!
Aunque, a decir verdad, en guerra permanente estuvo siempre El Mal.
Y en ella insistirá… si, el poco Bien que nos queda,
de una puñetera vez no se despereza
(i)
EN CADA UNO DE NOSOTROS, a fuerza
de auténticas ansias de LIBERTAD.
¿La política? ¡Ja!: ¿Quieren ustedes que les mienta?
Como siempre, ella, ¡a lo suyo; pues solamente en LO SUYO piensa!
¿Y oyeron ustedes con qué se llenaron la boca
dos de los mayores embajadores del Mal
j)
-además de con riquísimo champán-?:
«Las relaciones bilaterales ruso-chinas
contribuyen al progreso de la humanidad.»
¡En efecto, amigos: átense los machos…
y tiéntense EL ALMA, además de la ropa:
justo la mismísima voz de Satán
diríamos haber podido escuchar
entre copa y copa!
(k)
¡Tiemble América… y tiemble Europa!
…Y tiemble el planeta entero, a decir verdad.
Nunca dependió tanto, nuestro futuro,
de no permitir que la política, por sí sola,
se encastille en que, ella,
«va a resolver todas las cosas»:
¡Hay que actuar! ¡Debemos movilizarnos!
(l)
¡Comenzando, sí, por nuestro
más íntimo fuero;
que es donde anida
lo que, en cada uno de nosotros,
hay más verdadero!
O, si no, me temo
que a aquellos
que decimos amar tanto
no les aguarda sino el augurio
más oscuro y agorero…