
«Alguien con su gallardía y tan sumamente varonil debe conformarse, de momento, siendo cabo, valeroso, intrépido y arriscado como mil»
(1)
Yo siempre pensé que Félix Bolaños haría carrera:
si algo se ve a la legua es su singular inteligencia.
No en vano fue el docto Sánchez quien lo eligiera,
que tiene un ojo, para ello, que envidiaría cualquiera.
Sin embargo, no creo que dure mucho en el cargo,
(2)
luego de enterarme que busca el afable Putin,
para su ejército, «hombres de verdad, puros machos»:
alguien con su gallardía y tan sumamente varonil,
aunque deba conformarse, de momento, siendo cabo,
valeroso, intrépido y arriscado como mil,
bien puede llegar a general en poco años
(3)
y dejar el pabellón español y ucraniano,
¡vive Dios!, en lo más encumbrado del mástil.
Y si en Ucrania por desventura la guerra se le acaba,
en España una larga carrera aún le aguarda
como fornido y osado guardaespaldas…
o, incluso, como número de la Guardia Civil.