Rodolfo Arévalo 
«Ante una inestabilidad rayana en el caos y el despropósito inconstitucional, solo queda pensar que el Presidente del País, está como una regadera»
Como no me puedo creer que ningún ser humano sea tan bobo, y a la vez tan pagado de si mismo, e hijo de su madre, que él sabrá quien es, y no dudo que sea una excelente persona, como para poner un país, si no al borde de una guerra civil, si ante una inestabilidad rayana en el caos y el despropósito inconstitucional, solo me queda pensar que el Presidente del País un tal Pedro, o mucho me equivoco, está como una puñetera regadera.
Esto lo digo, porque por H o por B y por mucho que quiera por sus santos cataplines, seguir en el poder, no va a conseguir ser el nuevo dictador de la piel de toro. Ya tuvimos uno durante cuarenta años y creo que nos bastó. Así la Constitución tiene previsto en su articulo octavo que los ataques contra la unidad del país, serán contestados por las fuerzas armadas, con lo que no acabo de entender cómo la policía Nacional, guardias armados en todo caso, no han procedido ya a detener a ese loco rabioso que preside el país, o al menos a alinearse con los ciudadanos que, quieren que este personaje deje de ser presidente de España, siendo este deseo incluso aplaudido por sus correligionarios del Partido Socialista Obrero Español.
Dada su enfermedad de egoísta, psicópata y pagado de si mismo, lo más lógico es, que ni pudiera ser presidente de su comunidad de vecinos. Nadie que no esté en su sano juicio puede presidir España. Me es imposible pensar que incluso los votantes que depositaron su confianza en el PSOE estas últimas elecciones lo hubieran hecho, de saber que tipo de personaje se escondía tras esa cara de enfermo acomplejado y chuleta. Deberían ser, como de hecho en parte ha sido esos militantes socialistas quién debieran estar en la primera línea de combate para hacerle dimitir. No obstante hay otros mecanismo reconocidos en la Constitución, como es apelar a las Fuerzas Armadas para mantener la unidad de la Nación Española.
Y me parece a mí que da igual quién quiera romper esa unidad, una fuerza extranjera, un grupo político, unos independentistas o cualquier otra circunstancia. Como él mismo presidente dijo en una ocasión No es No, la mayor parte de los Españoles se lo están recordando, No es No, España seguirá unida y será democrática y perseguirá un país igualitario en cuanto a deberes, derechos y sostenimiento de cada Comunidad Autónoma. Este sostenimiento se hará aún a costa de que regiones más afortunadas tengan que sostener a otras menos potentes económicamente.
Creo que esto, lo entienden hasta los votantes más cerriles y descerebrados del partido que lo sostiene. Esto es así, porque en este siglo XXI y salvo países en donde grandes masas de personas son incultas y analfabetas, y no dependen de un parlamento continental, como lo es el Europeo, no se puede consentir este despropósito de posicionamiento político solo por querer permanecer en el poder a costa de todo.
Hay muchos Españoles que ya han salido a la calle, bueno es el pueblo Español para consentir desmanes de un político que se salga del tiesto. De las manifestaciones a las más que palabras solo median algunos telediarios, y sería conveniente, para nuestro presidente empezar a renunciar a inmolarse por la gloria del poder. Si no llega a entender esto, no vale la pena, ni como gobernante, ni como persona, si no llega a entenderlo no merece salir honrosamente del lugar que ha ocupado engañando a su electorado. Así que, como no me puedo creer que ningún ser humano sea; tan bobo, a la vez tan pagado de si mismo, e hijo de su madre; que él sabrá quien es y no dudo que sea una excelente persona, como para poner un país, si no al borde de una guerra civil, si ante una inestabilidad rayana en el caos y el despropósito inconstitucional, solo me queda pensar que el Presidente del País ese tal Pedro, esté como una puñetera regadera.
Y en ese caso, las fuerzas de la seguridad del Estado harían bien en ponerse del lado de la democracia y de la mayoría de los votantes del país para invitar amablemente a Don Pedro a dejar sus obligaciones, las que ha obtenido con los votos de sus engañados, y las que se ha adjudicado por sus santos bemoles, ángeles y arcángeles.
