
«Es lo Falso, lo Mendaz. Lo Pérfido. Lo Siniestro. Lo Taimado y Traicionero en todo lugar y momento. En persona el Mal»
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¡Cómo le reían las gracias a don Narciso,
quienes tendrán que apechugar, algún día,
con ‘el hundimiento del Soetanic!
Su risa, no obstante, era nerviosa y pueril,
como la del cándido niño aquel que pillan
hurtando una piruleta o una tableta de chocolate.
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Con todo, a ninguno de ellos le asomó
ni un ápice de rubor en su rostro de granito:
con la desfachatez que les es propia,
cada uno de ellos eufórico saltó
a su bancada del Congreso,
prestos a romperse los huesos
de las manos a fuerza d aplausos,
para íntimo regocijo de su amito.
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Por cierto que la bella faz de canto rodado del Felón
fue una rotunda ‘Oda a la Vanidad’ por largo rato.
Parecía decir a todos: «¡Aplaudidme más y más;
que la videoteca de la Historia me otorgue el mejor trato!»
Ante la humildad, pues, de que hace, Sánchez, ostentación,
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a veces le tienta a uno la idea de llegar a ser diputado;
siquiera para poder circular libremente a su lado
y estamparle un buen escupitajo a la cara, de sopetón,
tan lacerado ya, por su puta culpa, mi sensible corazón.
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Y ya de paso, aprovechar para decirle la vergüenza que uno siente
de tenerle justo a él de abominable presidente;
y con unas ínfulas de rey… que no da el nivel ni para bufón.
Decirle, sí, que, desde que él nos desgobierna,
una densa y opaca niebla recorre nuestro reino
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a causa de la pútrida farfolla que tenemos como Gobierno,
y liderada nada menos que por un auténtico ‘Príncipe de las Tinieblas’
que se hastió ya hasta de ver abrasarse las ‘almas malditas’ que abarrotan su Infierno.
Al punto que resolvió, al fin, venir a ‘avivar el fuego de nuestra tierra’
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con los gases altamente inflamables que expelen su cerebro… y su trasero!
Y, para tal objetivo, fétidos, ruines y serviles diablejos no habrán de faltarle;
que todo ser incendiario, siniestro y tenebroso sabe rodearse de los peores esbirros:
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sobrado ha ido, de ellos, desde que dejó sus aposentos infernales
para instalarse en el PSOE a fuerza de argucias, malas artes y aires fingidos.
Bien sabía, él, como eterno ‘Príncipe del Averno’,
que era, ese, un partido… ‘con grandes posibilidades’:
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uno de sus más viles ‘emisarios’ -ZP- ya lo había en gran medida pervertido,
y allanado y abonado estaba ya, en suma, su propio ‘suelo político’,
con el fin de introducir en él sus siniestras zarpas, abarrotadas de indecibles maldades.
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Y no es en vano que sabe El Diablo, desde toda la Eternidad,
que nada mueve al sujeto humano tanto como La Vanidad:
¿Qué ruin y vulgar diablejo en torno suyo no querría su colita menear
y a todos sus iguales o semejantes apoyar y ensalzar?
Y, al mismo tiempo, observar al resto
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con rotunda frialdad y el mayor desprecio.
Obviamente, El Ser Infernal… que inspiró al mismísimo Maquiavelo,
no vino sino para darles y mostrarles ‘in situ’ una aguda y tremebunda ‘Clase Magistral’,
que estremecería, por su audacia, brillantez, pragmatismo y osadía,
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todo mamotreto venidero de la Historia universal!
Y, encima, se da el caso de que todo sujeto humano tiene mucho de simplón:
no suele estar, entre sus más ‘altas cualidades’, la de ver venir… El Mal Embozado;
y, utilizando a menudo más las vísceras que la razón,
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del horripilante Mal, tan sólo a atisbar ‘la bella máscara’ ha alcanzado;
de suerte que acaba atrapado, por largo tiempo,
en la más dramática y engañosa confusión.
Y ya vendrá, luego, ‘el llanto… y el crujir de dientes’:
más que como humanos, actuamos como putos semovientes:
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Ante El Mal, una vez más pecamos
de torpes, tardos y cándidos.
‘Burladores burlados’ de nuevo
y orgullosos de ello hasta la náusea.
El Mal Embozado siempre da con adoquines
y corazones párvulos
que acostumbran acabar embobados
ante cualquier ‘mago’ y sus ‘artificios d magia’.
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En tal sentido, ¡qué poco la razón
y la ciencia han progresado!
Y es así que, ‘El Bello Príncipe de los Infiernos’,
en nuestras humanas almas
y en nuestros frágiles cerebros,
a lo largo de todos los tiempos,
infiltrarse siempre lograron:
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Lo Falso; Lo Mendaz.
Lo Pérfido; Lo Siniestro.
Lo Taimado y Traicionero
en todo lugar y momento.
El Mal EN PERSONA,
en suma, nos puede
si se nos aparece… ‘Bello’!
El Mal Embozado; ese ‘seductor eterno’
que a personas con más entendederas
que nosotros más de una vez ha engañado.
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No pretendamos justificar, sin embargo,
nuestros viles actos, nuestra conducta mezquina,
porque un simple espejismo nos puede demasiado;
o porque cualquier dádiva o halago fácilmente nos domina:
frágil es la voluntad que a ser más que los demás aspira;
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pero a ninguno de nosotros hizo, El Azar de Dios, esclavo.
Vele, pues, cada cual, por rechazar lo que El mal Embozado,
en nuestro apasionado corazón
y en nuestro frágil y veleidoso cerebro humano,
en colocarnos siempre se obstina.
De otro modo, lo acabamos pagando muy caro.
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Y lo peor de todo:
Indemne y libre de pena sale,
de todo ello, El Mal Embozado:
siempre halla quien le ofrece la amnistía
o un lindo indulto, si acaso es condenado.
Mientras que a nosotros nos cae la del pulpo
si le hurtamos al fisco un puto chavo
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Y recodad: ¡hoy puede ser un gran día!
¡Todos a la calle por la democracia,
la igualdad y una libertad jamás perdida!
¡Y siempre una JUSTICIA
IMPARCIAL y LIMPIA,
a ojos del ciudadano!
¡ARRIBA ESPAÑA!
Y El Puto Felón, ¡CABEZA ABAJO!
– A todos, ¡mi más sentido abrazo-.