Recuerdo esta mañana el primer boicot comercial a los productos catalanes que se originó a raíz de la bromita de Maragall y Carod Rovira con la corona de espinas a la salida del Santo Sepulcro en Jerusalén
(XL) La in soportable vecindad: El boicot será por los sentimientos, no por la economía golpistas catalanes
